En nuestro cuerpo está todo registrado. Pasado, presente, anhelos, toda nuestra información está en nuestro cuerpo.
¡Siéntelo! ¿Puedes habitarte?
En nuestro cuerpo queda todo registrado, dolores, traumas, alegrías, recuerdos. En él habitan nuestros ángeles y nuestros demonios.
En nuestro cuerpo queda registrado cada acto, cada palabra, cada gesto. Lo dicho, lo omitido lo que se siente, lo que se niega. Hasta los sueños tienen su lugar en el registro del cuerpo, quedan a modo de recuerdos. El inconsciente tiene su lugar también y hasta no hacerlo consciente nos gobierna.
Habitarse es un desafió. ¡Sentirse también!
El cuerpo es nuestro vehículo, sin él no podríamos existir, nuestra alma no tendría un recipiente ni un marco con el cual poder experimentarse.
El cuerpo tan olvidado, negado, ignorado. Solo utilizado, exigido, demandado.
¿Asumes el compromiso de habitarte, sentirte y responsabilizarte?
¿Cómo te piensas de grande, de adulto, de anciano?
Todo lo que pienses y sientas hoy se plasmará mañana.
Podemos aprender de las generaciones anteriores que usaron y abusaron de sí mismos y de otros al igual que del planeta, ya que la Tierra es un cuerpo planetario del cual cada uno de nosotros es solo una parte. ¿Podemos aprender de las heridas, asumir las equivocaciones y mejorarlas?
Aprende a amarte y a cuidar de ti mismo.
Cuida de los otros y de tu entorno como cuidas de ti mismo y luego traslada eso a nuestra casa, nuestro hogar, el planeta: como es adentro es afuera.
Crea un ambiente amable a tu alrededor y tu estarás a salvo y salvarás a tu entorno. Es así como la vida toda te reconocerá como el amor que eres capaz de encarnar.
Entra en el flujo mayor de la existencia y coopera con el universo siendo uno con el todo, en donde el amor y la cooperación sea el nuevo lenguaje.