Ella es docente, enfermera y masajista, pero es el arte su pasión, es su momento más profundo. María Cristina Portillo es de Jardín América, cada principio de año crea un mural en un grado y pinta los bancos para recibir a los alumnos, por eso la directora la va cambiando de grados así todas las aulas tienen arte.
María Cristina confiesa que a partir de los 50 descubrió que quiere “vivir más intensamente todo lo que me gusta y quiero”.
Además de su amor por el arte le gusta mucho viajar y es una “cosa que costeo con lo que gano de mis obras pintadas, el arte me permite concretar mis sueños”.
Pinta todo lo que tiene a su alcance, jeans con flores, remeras, maderas, cuadros, marcos de espejos, mesas, sillas, cartelitos y más. Así creó su taller Artesanías Aguyjeve y su esposo se volvió carpintero, le prepara con retazos de madera lo que será una obra de arte.
Estudió pintura hace unos años con Claudia Olefnik, siguió capacitándose y nunca termina. Su plan sigue y va por más.