En tu propia realidad virtual te preguntaste en ¿qué clase de mundo habitas, con qué calidad de pensamientos convivís, de qué está formado tu mundo?
Habitamos en dos mundos todo el tiempo, uno el mundo que podemos ver, tocar, oler llamado mundo objetivo, el externo, concreto.
Otro es el interno creado por nuestro mundo de pensamientos, ideas, creencias, nuestra realidad virtual que podemos llamar subjetiva.
¿Tenés conciencia de tu realidad subjetiva?
¿Qué pasa en ese mundo interno, qué sentís, qué pensás, en qué vibras?
Toda tu realidad externa es una materialización de tu mundo de ideas, pensamientos y creencias.
Cada uno de nosotros atrae hacia sí mismo la calidad de experiencias que necesita para aprender, esas experiencias son fruto de nuestras creencias, anhelos, deseos, necesidades.
Cada personaje externo en tu vida, cada situación, cada escenario en gran parte está armado por tu vida interna.
El que cree crea me decía un maestro, entonces, ¿qué haces con esto ahora?
El que cree crea, el que despierta y acepta sus circunstancias puede modificarlas. Ese es el preciso instante en el que comienza el baile.
Al igual que en una constelación que a través de sus representantes muchas veces vemos una escena que -por su resonancia-, sabemos, sentimos que es verdad y comienza un proceso.
Con nuestra conciencia es exactamente igual. Cada despertar trae consigo un movimiento que muchas veces no estamos dispuestos a realizar.
¿Qué pasos estás dispuesto a dar para modificarte? ¿Te quejas solamente, te castigas o pones todo tu ser en desarrollarte hacia el nuevo camino que tu interno te muestra?
Toda tu realidad está ordenada a tu alrededor de acuerdo a tu mundo de creencias aprendidas adoptadas, heredadas.
Toda esta información que nos viene desde afuera y que tamizamos adentro con lo propio es la manifestación de lo que creamos. Ahora bien muchas veces, la mayoría, creamos y vivimos no desde nuestro centro sino desde lo que debemos hacer o desde lo que se supone, pero ¿qué pasa cuando a través de la repetición de estas situaciones podemos despertar y nos damos cuenta que no es lo que queremos?
¿Qué pasa cuando nos sinceramos y sentimos que no es la vida que quiero y siento que no es acorde a mi interno en este momento?
Espero que cada uno de nosotros tenga el coraje de volver a comenzar desde el gran salto de conciencia y desapego que la vida nos exige a cada instante.
Desprenderse de todo aquello a lo cual nos identificamos en lo externo es acercarse al alma. Nada está afuera, todo está adentro.