Los procesos políticos y económicos de los últimos años depositaron a la población argentina en diferentes lugares que se distancian más o menos de la crisis y sus consecuencias.
La inflación y su progresivo avance sobre el poder adquisitivo de la mayoría de los argentinos, por ejemplo, empuja a una gran porción de la clase media no profesional a la pobreza, engrosando índices que, de no ser por la ayuda estatal, superarían sin problemas el 50%.
Pero esa ayuda también tiene su costo tanto para el Estado como para los propios argentinos y el más grave sea quizás que crece a ritmos alarmantes y no termina por resolver la cuestión de fondo, tal y como afirma el informe que acaba de presentar el Observatorio de la Deuda Social en el marco de la Colecta Anual de Cáritas que se realiza este fin de semana en todo el país.
En la otra punta del escenario, de acuerdo al “Anuario Estadístico de la Provincia de Misiones”, el 10% de los hogares más ricos de esta capital, que representa el 10,5% de las personas, se quedó con el 26,9% de los ingresos; alcanzando casi 11 veces más de lo que recibió el 10% más relegado de los hogares, que solamente debió conformarse con el 2,5% del total.
Los procesos políticos y económicos de los últimos años fueron generando una brecha que arrincona cada vez más a ricos y pobres, cada uno en su posición.