En el imaginario político hay cosas que no se admiten ni se dicen porque implicaría reconocerse en la debacle. Nunca, por ejemplo, el actual Gobierno argentino habló abiertamente del billete de dos mil pesos porque equivalía a reconocer a la inflación… como si no fuera algo incluso más grande y evidente que el propio Gobierno.
El otro concepto que esta y cualquier gestión evitaría decir en voz alta es “recesión”, porque implicaría admitir el fracaso total justo en el año de convocatoria a elecciones. Y así anduvimos por meses, enmarañados en Índices de Precios al Consumidor y viscerales internas políticas hasta que finalmente alguien dijo todo junto. Eso sí, tuvo que ser un organismo externo.
“Recesión” este año y “elevada inflación” son los conceptos que le dieron forma al último informe del organismo sobre Argentina. Ahora sí, queda claro para todos.