Por recomendación de su abogado, en este caso defensor oficial, Juan Carlos Krisezuk optó por no responder preguntas del magistrado que lo investiga por el asesinato de su expareja, Jessica Duarte, hallada semienterrada en el paraje Cabureí de Andresito el último lunes. Fue imputado por “homicidio agravado por el vínculo” y continuará detenido.
Se concretó ayer la audiencia indagatoria en el marco de la causa por el homicidio de la mujer de 31 años y madre de dos niños, uno de ellos que tenía en común con el sospechoso.
Amparado en su derecho constitucional, el acusado decidió no hablar, pero se notificó de la imputación de manera formal. El hombre fue detenido el último martes durante la mañana por la policía en el paraje El Verde, distante a un kilómetro y medio de la frontera con Brasil y del cauce del río Iguazú.
De acuerdo a las fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN en su momento, estaba escondido en el monte y tenía 55 mil pesos en efectivo que presumen los investigadores iba a utilizar para solventar su fuga al país vecino de Brasil.
Además, el presunto femicida llevaba encima un teléfono celular que se investiga si era de Jessica. Cabe mencionar que otro móvil fue encontrado dentro de una mochila cerca del lugar donde se cometió el crimen y también se analiza si no pertenecía a la mujer.
Jessica fue vista por última vez el miércoles 7 de junio, cuando fue a tarefear junto a su expareja a una chacra ubicada en el paraje Cabureí de Andresito. Recién el domingo 11 su familia denunció su desaparición y comenzaron a investigar.
Por testimonios e indicios los uniformados llegaron hasta la propiedad donde la vieron por última vez y fue así que se toparon con una serie de pistas claves.
Primero una cartera, luego la motocicleta de la mujer y hasta una pala manchada con sangre que fueron partes del rompecabezas que condujo a los investigadores hasta el lugar donde estaba enterrada.
El lunes último los efectivos encargados de la investigación encontraron el cuerpo de la mujer en dicha chacra. Estaba envuelto con bolsas de arpillera, las mismas que se utilizan para las ponchadas de yerba mate. La autopsia realizada en la Morgue Judicial de Posadas reveló que la víctima murió por “asfixia por estrangulamiento”, posiblemente con un cinto.
Fuentes consultadas confirmaron que existía una causa judicial abierta contra el presunto femicida por violencia de género y que sobre el mismo pesaba una prohibición de acercamiento con la víctima vigente que no respetó.
Hace un año y medio y según relataron los familiares de Jessica a este Diario, el hombre le propinó una golpiza luego de sorprenderla en su vivienda del barrio 2 de Junio de Andresito cuando ella ingresaba a la propiedad y por sentirse atemorizada cerró todos los accesos. Para sorpresa de la mujer, su exconcubino estaba adentro de la casa, quedando encerrada con el agresor.
En este contexto fue que una de las hermanas de la mujer, de nombre Raquel, quien confesó que tuvo que reconocer el cadáver de Jessica y que lamentablemente no tuvo dudas que era su familiar, “tenía puesta la misma ropa que el miércoles, cuando la vi por última vez. Estaba desfigurada, como que le molieron a golpes”, se lamentó.