Mauro Ramírez tenía 22 años y había ingresado al Ejército, su destino fue el Regimiento de Monte 30 “Apóstoles”. El jueves 26 de junio del año 2003 estaba de guardia y lo encontraron muerto en un puesto de control. Las pericias descartaron el suicidio, por el tipo de arma y el lugar donde ingresó el disparo. De arriba hacia abajo a la altura del corazón.
En tres días se cumplen 20 años del fatídico asesinato del Mauro Ramírez y su mamá, Susana Pintos, dialogó con la FM 89.3 Santa María de las Misiones para contar cómo sigue el expediente y sy reclamo de justicia.
“Para mí es como que no pasaran los años. Cuando hablo con gente me doy cuenta han pasado 20 años de impunidad, 20 años de injusticia, la lucha continúa, todos los años trato de estar aquí en Misiones y este año más que nunca para mantener viva la memoria de mi hijo”, aseguró Susana.
Según narró la mujer, una visita a su familia en el Chaco, Mauro había contado que “era castigado y hostigado por oficiales y suboficiales, 15 días después de esta visita, aparece muerto en un puesto de la guardia”. Las pericias indicaron que recibió un disparo fatal en el corazón y se comprobó que fue un homicidio y “la lucha comenzó en ese momento” expresó con dolor su madre.
Exclamó que quiere reclamar justicia para hacerle saber a la ciudadanía misionera -y de todo el país- que “fue un fusilamiento entre las 10 y 10.30 de la mañana y eso no puede quedar impune, es mucho el camino recorrido no voy a bajar los brazos”.
“La causa de mi hijo tiene que tener justicia, los asesinos de mi hijo no pueden seguir haciendo su vida impunemente” sentenció Susana.
Por otro lado, enfatizó en que tiene conocimiento de que en el Regimiento de la Infantería Monte 30 de Apóstoles “están pasando situaciones como las que pasó mi hijo y esto no puede volver a suceder, yo no estoy en contra de que haya servicio militar voluntario solamente estoy en contra la violencia que se ejerce sobre cada uno de los soldados a los que les cuesta quizás adaptarse y quizás estas personas también fueron maltratadas y cuando ocupan un cargo vuelven a cometer salvajismo contra estos chicos”.
También agregó que la ONU (Organización de las Naciones Unidas) debería poner su mirada en las fuerzas armadas “no es posible que se manejen impunemente, los superiores hacen la vista gorda”.
Aclaró que “acá en Chaco hay una familia destruida, yo estoy destruida, tengo un dolor perpetuo, me lastimaron casi hasta matarme, le pido a Dios que me dé fortaleza para continuar para hacer escuchar mi voz, Mauro ya no tiene voz porque lo callaron, lo callaron de un balazo en el pecho”.
Cabe recordar que en el 2016 el caso llegó a la Procuración General de la Nación para que se reabra el expediente “estamos acercando todos los elementos probatorios, todas las testimoniales que se pudieron lograr durante estos largos años y en el año 2020 aparecieron testigos y estoy agradecida porque aportaron datos interesantes e importantes para la causa”.