Todo cambia con el tiempo y el rol de los adultos mayores en la sociedad también. Cada vez son más los abuelos que buscan romper con ese esquema de vida pasiva y, dentro de sus posibilidades, mantener una vida social activa.
Bajo esa idea, diariamente se reúnen las abuelas del Centro de Adultos Mayores 33 del barrio Rocamora, para hacer actividades como danza folclórica, reciclado, muñequería, manicura, tai chi y yoga. Todo, con la finalidad de mantenerse activas física y mentalmente; y brindarse apoyo mutuo, en esa etapa de la vida que todas comparten.
Así lo explicó Nidia “Mamyna” Melgarejo, la coordinadora del Centro 33 del Barrio Rocamora en diálogo con PRIMERA EDICIÓN.
“Nosotras somos sexalecentes (sexagenarias y adolescentes). Nos pasa como con los adolescentes que son muy chicos para ser grandes y muy grandes para ser chicos. Somos abuelas que trabajamos, viajamos, hacemos danza, y no nos quedamos. Es un mimo al alma para nosotras, a esta altura de la vida”, contó Mamyna.
Puntualizó que se refiere a abuelas, ya que en su mayoría son mujeres las que se prenden en las actividades del CAM 33 Rocamora.
Es así que, en total, son cerca de 100 las personas que asisten al centro y eligen qué actividades realizar de forma totalmente gratuita; gracias a que, quienes se encargan de brindar esas actividades, son profesores enviados por la Dirección de Adultos Mayores de la Municipalidad de Posadas y el IPS.
Asimismo, en los talleres que tienen, uno de los más provechosos, según Mamyna, es tecnología: un espacio donde aprenden a usar el celular, la tablet, sacar fotos, filmar videos, mandar mails y otras funciones. Eso, a raíz de una situación particular en la cual el centro había recibido más de 100 tablets para uso común y los abuelos no sabían cómo usarlas. “No tenemos la solvencia que tienen los jóvenes, entonces en la hora de tecnología, empezamos por aprender a usar el celular”, indicó Mamyna.

La importancia de la mutua compañía
Más allá de todas las habilidades técnicas que incorporan, Mamyna destacó como uno de los puntos más importantes la compañía que se brindan entre sí los adultos mayores ya que, muchos de ellos, llegan a esa etapa de la vida estando solos, o incluso deprimidos.
“Es muy importante recibirlos a todos porque muchos están solos. Por eso hacemos el trabajo de salir a hablar con los vecinos y contarles del Centro. Acá vienen hasta chicas de Itaembé Guazú o de Villa Lanús y las recibimos con mucho amor. Si a alguno de nosotros le pasa algo, enseguida nos solidarizamos, hacemos oraciones, le acompañamos, le preguntamos. A mí por ejemplo me pasó que me caí la semana pasada, me fui de frente, me lastimé el brazo, la boca y vos vieras cómo todos me llamaban, me decían que estaban en oración, fue algo muy importante para mí”, afirmó.
Es por eso que dejó en claro que aceptan a cualquier adulto mayor que quiera acercarse, compartir una charla, unos mates o anotarse en cualquiera de las actividades que ofrece el Centro Rocamora, ubicado por Avenida Blas Parera casi Avenida Tomás Guido. “Cualquier abuelo es bienvenido, acá los recibimos a todos porque nuestro lema es Armonía, Solidaridad, Amor fraternal, Diálogo y Tolerancia. Hay mucha buena onda”, agregó.
Yoga integral: la actividad más pedida
Una de las actividades más pedidas por los adultos mayores en el CAM 33, sobre todo después de la pandemia, es el yoga, explicó Mamyna.
Se trata de la actividad más elegida y la que llena sus cupos casi todas las semanas en el centro.
Con una música zen, una luz tenue, una colchoneta para cada alumna, la profesora de Yoga Integral, Brenda Sofía Buseghin, da la clase cada martes y jueves, e incita a hacer los asanas (posturas) bajo la consigna “hago lo mejor que puedo, aquí y ahora”, como lo explicó a este Diario.
“A diferencia de otros alumnos, los adultos mayores vienen con una predisposición enorme a aprender, con un compromiso con su salud y con una búsqueda de estar y sentirse mejor. También, en esa búsqueda, llegan con una apertura valiosísima y con la voluntad para poder superarse cada día”, señaló.
Es así que la parte favorita de la clase para las abuelas es el momento de la meditación y relajación al final, “porque aun estando en una etapa pasiva de su vida necesitan la relajación y encontrarse con ellos mismos”, explicó.
En ese punto recordó que el yoga no solo es bueno a nivel físico, ya que trabajan las articulaciones, la postura, los músculos, el sistema endócrino; sino también a nivel espiritual ya que busca la armonía y la calma mental a través de la respiración.
En relación a eso incitó a los adultos mayores hombres también a unirse, dejando de lado ese prejuicio muy común de que el yoga se trata solo de elasticidad.