El mundo mira con asombro y hasta envidia la pasión que ponen a las cosas los argentinos, desde los desbordes emotivos por el campeonato del mundo de fútbol conquistado a fines de 2022, hasta los récords de ventas de entradas y el fervor con el que se recibe a “rockstars” como Coldplay o Taylor Swift.
Pero de la misma forma, el asombro y el más absoluto desconcierto manifiestan ante la realidad económica de un país en el que muchos de los que trabajan son pobres y donde cada vez son más los que se endeudan para poner un plato de comida en la mesa familiar.
Mientras en el mundo no encuentran explicación a que uno hipoteque el auto o la vivienda para ver a la Selección en Qatar, o que saque un préstamo para irse de vacaciones cada año o comprarse una tele más grande, el estatus social que supimos conseguir se va derrumbando a marchas tan aceleradas que en el último año más que se duplicó el volumen de compras con tarjeta de crédito en supermercados y mayoristas, donde el 90% de las transacciones tiene que ver con la canasta básica familiar.
Así lo refleja el INDEC en su último informe sobre la actividad en grandes superficies, que no deja margen de duda a la percepción de una drástica pérdida del poder adquisitivo de los salarios.
“No lo entenderías”, reza un dicho muy utilizado por estas latitudes cuando se pone en entredicho la lógica de alguna situación, como las dos descriptas en cuanto a empleo, pobreza y comportamiento de gastos.
Lo cierto es que no debe ser tan fácil de resolver las causas de estas “anomalías” (fundamentalmente la inflación) cuando en el Ministerio de Economía se han sucedido decenas de “especialistas” (y no tanto) de todo signo político en los últimos años, sin que se haya podido resolver la situación, sino más bien al contrario: todos han ido contribuyendo a que crezca la bola de nieve.
Por lo pronto, viene al caso otro adagio bien argento: “El año está perdido”, ya que se viene un agitado calendario electoral. Lo que cabe esperar es que de allí salga victorioso alguien que sepa, pueda y quiera hacerlo bien.