La 46ª edición de la Feria Provincial del Libro abrió sus puertas este sábado en Oberá, para vivir una verdadera fiesta del universo literario y cultural. La misma se desarrollará hasta el próximo 9 de julio y contará con las esperadas exposiciones, talleres, espectáculos y charlas a cargo de los diferentes autores.
La sede permanente de la Feria es el gimnasio del Instituto Privado Mariano (Avenida Sarmiento 701), donde se encuentran los diferentes estands con exposiciones y ventas libros. La misma puede ser visitada de lunes a viernes de 9 a 12 y de 15 a 21 horas; y el sábado de 9 a 15. Mientras que feriado y domingo será de 10 a 13 y de 15 a 21.30 horas.
Además, hoy a las 20 horas, el grupo ALA de Alem presentará la obra “Hablemos de Trata” en la Casa del Bicentenario (Avenida José Ingenieros y Larrea).
La ceremonia de apertura contó con la presencia de autoridades, referentes de la cultura local y provincial; y público en general quienes disfrutaron de las alternativas de un encuentro que se posiciona en uno de los referentes de la cultural local.
En este marco, la presidenta del la Comisión Directiva de la Feria del Libro, Emma Losas, agradeció el trabajo que realizan desde la organización en el que “que recreamos esta fiesta del libro y la cultura, sostenida colectivamente por personas solidarias y altruistas entre las cuales destaco a mis valiosas compañeras de la comisión directiva, quienes dedican energía y tiempo para que Oberá se vista como referente cultural de la provincia”.
A su vez, extendió ese agradecimiento al acompañamiento de distintos expositores: “Mientras haya lectores, habrá libros; tampoco desaparecerá el formato de libro convencional, tampoco el lector tradicional de libro”, expresó.
Además se rindió homenaje a la figura de la profesora Teresa Morchio de Passalacqua en el centenario de su nacimiento, quien fuera una de las fundadoras de la Feria y quien “la impulsó a convertirla en la más importante de la provincia y una referencia obligada para la cultura”, contó Losas, quien agregó que Teresa definió al encuentro literario como “un espacio de libertad, donde se darían cita no solo los protagonistas del ámbito literario sino también del arte y otras dimensiones del quehacer. La doctora Passalacqua como la llamábamos fue artífice de la cultura, capaz de congregar voluntades alrededor de su actividad docente”.