Después de la emocionante noticia del hallazgo de Lesly, Soleiny, Cristin Neryman y Tien Noriel el pasado 9 de junio en la selva del Guaviare, el Ejército de Colombia confirmó que cesaron la búsqueda del pastor belga que estuvo con ellos días antes de ser encontrados.
Durante casi 20 días, la institución mantuvo un operativo de rastreo para intentar localizar a Wilson, pues se había perdido en su afán de encontrar a los niños, incluso los uniformados reconocieron que el can los guio en todo momento tras los pasos de los pequeños.
Durante la búsqueda de los pequeños, los lugareños aborígenes se habían unido no solamente al equipo de rastreo sino que realizaban sus propios rituales para dar con el paradero de los hermanitos.
Así explicaban que en sus tradiciones y creencias sabían que los niños estaban en manos de los “espíritus de la selva” y cuando Wilson se extravió ellos mismos reconocieron que fue “una ofrenda a cambio de los niños”.
Mientras tanto, los miembros del Ejército no dejaron de buscar al can que para ellos era uno más del equipo y dispusieron de 70 uniformados para salir en su búsqueda y durante esos 20 días llevaron a cabo estrategias para encontrarlo entre las que se sumaron perras en celo y dejaron comida en diferentes zonas para atraerlo, pero nada dio resultado.
Una vez que decidieron terminar la búsqueda llevaron a cabo un homenaje en la Plaza de Armas de la Casa de Nariño, en Bogotá. Allí, el presidente de ese país, Gustavo Petro, entregó las medallas de la Orden de Boyacá a los efectivos y nativos que fueron claves para localizar a los pequeños que permanecieron 40 días extraviados en la Amazonia.
Durante el acto, también condecoraron a Drugia, la madre de Wilson a modo de reconocimiento y respeto por la labor de su hijo.