Desde el punto de vista de la educación canina el concepto de vínculo está íntimamente ligado a la unión, conexión o alianza que se establece entre un humano y su perro. Construir una relación amable con nuestro peludo conlleva una alta dosis de responsabilidad y el beneficio recíproco que resulta de este vínculo, que decidimos conscientemente crear, bien vale la osadía de aventurarnos en el proyecto.
Siendo el perro un animal social, gregario por naturaleza, el vínculo con su humano es lo más importante en su vida. Esta relación con nuestro peludo comienza el día que lo incorporamos a nuestro hogar. Por ello, los primeros días y semanas del cachorro en casa son de vital importancia. Es cuando enseñamos conductas higiénicas, lo que se debe o no se debe hacer, cómo y cuándo jugar, dónde descansar, etc.
Es primordial minimizar las correcciones o castigos ya que lo que queremos es que nuestro cachorro se “acerque” a nosotros para empezar a forjar el vínculo. Entonces, las correcciones y castigos desmesurados logran el efecto contrario ya que aprenderá a asociarnos con algo negativo.
Una de las formas de establecer vínculo con nuestro perro es educándolo en las señales básicas de obediencia, enseñándole habilidades y jugando con él adecuadamente.
Un buen cepillado, masajes y caricias a favor del pelo son pilares que construyen vínculos con cimientos fuertes y duraderos. Por último, una actitud calma y el autocontrol harán que nuestro perro aprenda a respetarnos y admirarnos.
El perro y nosotros somos equipo y si no existe conexión se nota y mucho.