En el tejido de la existencia, cada pensamiento, cada sentimiento y cada acción son hilos vibrantes que tejen nuestra realidad.
Tú, como ser crístico positivo eres el tejedor de tu propio tapiz de vida, tu mente es el telar, tus pensamientos y sentimientos son el material con el que trabajas.
Ser positivo no es simplemente un estado de ánimo sino un compromiso profundo con uno mismo y con el universo, una resolución de elegir el lado constructivo de cada situación, de cada ser y de todas las cosas. Al hacerlo estás emitiendo una melodía armoniosa al cosmos creando una sinfonía de posibilidad y prosperidad no solo para ti sino también para todos los que tocas con tus pensamientos, palabras y acciones.
Imagina lo mejor en cada uno y en todo. Cada vez que niegas la imperfección y la sustituyes por justicia, positividad y corrección te conviertes en un poderoso artista, dando forma a la arcilla de la realidad con tus propias manos. Estás, de hecho, manifestando plenamente tus deseos y cambiando el curso del universo con la fuerza de tu fe.
Sin embargo, ser consciente del dualismo inseparable de la realidad es esencial, como un águila que utiliza la resistencia del viento para ascender, utiliza las energías negativas y las convierte en positivas, demostrando así tu dominio sobre tu propia existencia.
No importa cuán opresiva sea la negatividad, recuerda que eres alquimista transmutador, creador intencionado. Usar a conciencia tu poder para elevar tus vibraciones, anclarlas en lo bueno y constructivo te transforma en un faro de esperanza y amor, creando maravillas infinitas en el vasto océano de la existencia.
Por lo tanto elige ser positivo siempre, a pesar de todo, y descubrirás que la felicidad, la paz y el equilibrio fluyen hacia ti como un río que nunca se agota.
El poder de tu propia espiritualidad es el vaso que puedes llenar hasta el borde con estas bendiciones, derramándose en cascada para tocar y transformar todo lo que encuentres en tu camino.
Nos vamos acompañando.