Hay una frase que dice “allí donde te encuentres es ahí donde debes estar” y creo que es así, el lugar donde vivimos, la familia que tenemos, los amigos que elegimos incluso todo lo que tenemos que vivir o nos tiene que pasar es por algo, es para algo. Nos lleva a enfrentar nuestros miedos, desafiarnos en encontrar la paz y ser una buena persona.
Todo lo que nos rodea es vibración, energía, incluso y obviamente nosotros mismos, y queramos o no afectamos el campo vibracional del otro. Desde chicos nos enseñan qué está bien y qué esta mal, y cómo nuestras acciones afectan a quienes nos rodean.
Los primeros en marcar nuestro camino son nuestros padres o tutores, desde chicos nos enseñan a alimentar uno u otro lado, el bien o el mal, esto quiere decir que somos una mini copia de los miedos, las tristezas, las iras, las alegrías, etc. de quienes nos cuidan y nos crían. Así que te pregunto ¿qué educación le estás dando a tus hijos?
¿Usas el rojo para darle miedo o valor?, ¿el naranja para que sea alegre o mezquino? Con el amarillo ¿le enseñas a ser crítico o a desarrollar sus dones? A través del verde ¿le enseñas amor por todos los tipos de vida o envidia y resentimiento?
Recordá que el azul trabaja con la palabra, le enseñás a decir cosas hermosas o ¿le enseñas a mentir?; con el violeta le enseñas que en la vida todo tiene un tiempo y que hay que disfrutar mientras dure, o puedes estar enseñándole a apegarse a las cosas.
Hay que tener ¡cuidado! Al ser padres marcamos a nuestros hijos con nuestra forma de ser. Seamos y ayudemos a criar buenas personas, es una gran responsabilidad ser padres.
Cuando nos volvemos adultos si venimos de una mala educación, el trabajo para romper esas estructuras será el doble de difícil, sí es que como adultos somos responsables de en quién nos vamos a convertir.
¡Feliz Domingo! Y a disfrutar de nuestra mejor versión siempre.