Quien tiene uno o varios gatos de mascota sabe lo que se siente cuando de pronto el minino no aparece. Al principio la búsqueda es tranquila, unos llamaditos, pero no hay respuesta.
Pasan los minutos que se pueden convertir en horas y el gatito no ¡aparece! Ya la búsqueda es desesperada, llamándolo y rastreando todos los rincones y lugares posibles e imposibles, pero nada.
Muchos ya colgaron la foto del michi perdido para ver si alguien lo vio y ¡nada! Hasta que apareció en un insólito lugar como el lavarropas, una caja tan pequeña no podría caber ahí, pero sí lo logró. En los cajones cerrados de una cajonera y de paso le mostró a sus dueños que el sistema tenía una abertura interna que le permitió ingresar a los cajones.
O como en la imagen donde se ven unas patitas, ni hablar del organizador del lavadero. Arriba de la heladera también es un lugar estratégico y adentro del placard.
Igualmente siempre te sorprenderán porque encontrarán otro escondite.
Pero ¿qué pasa? ¿Por qué se esconden? Según los especialistas, algunos de los motivos pueden ser: estrés, hay gente nueva en la casa o algo cambió en su entorno.
Siempre que tu gato se esconda, una vez que detectaste su escondite lo ideal es dejarlo allí donde está, sin presionarlo a salir. Respetar sus tiempos y decisiones es la mejor manera de relacionarte con tu mascota felina.
Si se trata de estrés, el hecho de esconderle lo ayuda a quitarse ese peso. Si llegan visitas y no quiere verlas seguramente se esconderá hasta que considere oportuno presentarse en “sociedad”, incluso si nota que la energía de los visitantes no le agrada saldrá recién cuando se vayan. Mientras tanto espiará el ambiente.
Cuando cambian de lugar los muebles o vienen trabajadores a la casa es también uno de los motivos que tiene el gato para protegerse. Hay que recordar que son desconfiados por naturaleza, ellos son cazadores y necesitan ver desde otro ángulo.
Otra respuesta a su comportamiento evasivo es porque quizás llegó otro supuesto amigo felino, y hay que asegurarse de darle su lugar y su tiempo. Pueden ser varios días o semanas hasta que confirmen que la nueva mascota no es un enemigo.
Los gatos son independientes, hay que dejarlos ser y hacer y eso los hará sentirse seguros en casa.
(Por Rosanna Toraglio)