El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de Cerro Azul está llevando a cabo investigaciones para mejorar genéticamente la mandioca, con el objetivo de incrementar su rendimiento y calidad.
Martín Domínguez, investigador del INTA explicó que el proceso de mejora genética se inicia con la obtención de semillas a partir de los frutos de la mandioca.
Estas semillas se siembran y las nuevas plantas resultantes son evaluadas para determinar cuáles presentan mejores características de rendimiento y uso, ya sea para la producción de almidón o consumo fresco.
El investigador destacó que estas nuevas plantas no son clones y difieren entre sí, lo que permite realizar una selección más precisa. A través de polinización abierta, se obtienen materiales de polinización que son sometidos a nuevas evaluaciones para identificar los mejores progenitores.
El objetivo final es obtener materiales de mandioca con rendimientos superiores, mayor contenido de almidón y posiblemente resistencia a enfermedades. Sin embargo, Domínguez enfatizó que no se puede prever con certeza qué características se encontrarán en el proceso de mejora.
Una ventaja destacada es que los materiales obtenidos a través de este proceso se mantienen libres de virus y bacterias, lo que contribuye a mejorar el rendimiento de los cultivos.
Además, se espera que estos materiales locales adaptados a las condiciones ambientales de la región generen productos de alta calidad.
Aporte agronómico y destino
El investigador resaltó la importancia de otros aspectos agronómicos, como el manejo del suelo, la fertilización y la rotación de cultivos. La mandioca, aunque crece en diferentes condiciones, requiere un ambiente adecuado para expresar todo su potencial.
En cuanto a los avances del proyecto, se está evaluando la primera generación de materiales mejorados en diferentes sitios de la provincia y posiblemente en la provincia de Corrientes.
Posteriormente, se seleccionarán entre quince y veinte materiales para su registro en el INACE (Instituto Nacional de Semillas).
El investigador destacó que una vez que se trabaja con materiales mejorados, se continúa con cruzamientos selectivos para reducir el número de materiales y obtener nuevas generaciones de semillas.
El destino final de estos materiales aún no está definido, pero Domínguez señaló que su valor radica más en el posicionamiento tecnológico del INTA que en su comercialización.
El proyecto de mejora genética de la mandioca llevado a cabo por el INTA Cerro Azul representa un importante avance en la búsqueda de incrementar el rendimiento y la calidad de este cultivo vital en la región.
Con la obtención de materiales mejorados, se espera impulsar el desarrollo agrícola local y mejorar la alimentación de la población.