Las variaciones permanentes de precios que se dan por la inflación anual en todos los productos, en el rubro de las frutas y las verduras tiene otro componente que las multiplica: el clima. Y debido justamente a las inclemencias de la sequía del verano pasado es que ahora se están sintiendo fuertes disparadas.
El caso más resonante es el de la papa, que se incrementó más de 550% en el último año, pasando la bolsa de papa negra de $900 a $6.000; y la bolsa de papa blanca de $1.200 a $7.000. Este cálculo fue realizado por el operador del Mercado Central, Fabián Florentín, uno de los más grandes distribuidores de papa de la provincia y abarca el período exacto de un año: desde el 25 de julio de 2023 hasta el día de ayer.
El ajo premium fue otro producto con un salto cuatro veces superior a la inflación en el último año, elevando su precio 455%, pasando desde $1.800 la ristra hace un año a $10.000 en la actualidad.
El tercero en el podio es la batata, que tiene un comportamiento similar a la papa, y se incrementó de $1.800 a $6.000 la bola; seguido en cuarto lugar por la uva que elevó el precio de la caja desde $3.200 a $9.000.
Los valores del recuadro se calculan para ventas en el Mercado Central a costos mayoristas.
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La culpa de la sequía
En la mayoría de los casos que registran subas extraordinarias, el motivo es la sequía del año pasado, que comenzó en invierno y se extendió hasta el verano de este año.
“La papa tiene la causa base en la sequía. Así como ocurrió con los cítricos, sobre todo la naranja, las papas tuvieron menos crecimiento, menos volumen y kilos. Mucha papa quedó chiquita y fue destinada a semilla para que crezca otra planta”, explicó Florentín a Radio República.
“La conclusión es que hubo menos producción para la venta, eso hace que al bajar las cantidades aumenten los precios. Los precios se van a mantener altos todo el año porque hay menos papa que años anteriores”, agregó.
Y la situación se agravó todavía más porque hubo varios días seguidos de lluvia en la zona de Balcarce, Buenos Aires, de donde se extrae la mayor cantidad de papa negra del país, que es muy requerida para los hoteles y restaurantes. Solamente estuvo saliendo papa blanca de Villa Dolores, Córdoba, pero la zona no está activa al 100% por lo tanto tampoco puede cubrir la escasez generalizada.
El ajo atraviesa un problema similar. Es una actividad que demanda numerosa mano de obra y se vio alcanzada por la sequía pero, además, por los incrementos de sueldo.
“Hoy se saca de Mendoza y dentro de poco saldrá del sur de Buenos Aires y de San Juan”, sostuvo el empresario. Es por la temporada. La uva, el zapallo “Brasil”, el tomate, la cebollita y el perejil fueron otros productos que registraron subas levemente por arriba de la inflación.
La cebolla bajó
El precio de la cebolla es el único que registró disminución en la comparación interanual pasando la bolsa de $2.700 a $2.000 la de segunda calidad y de $4.000 a $2.500 la más costosa.
Florentín explicó que “el año pasado estuvo $4.000 y hasta $5.000 y este año una bolsa está $2.000 o $2.500. Quiere decir que disminuyó 60% y eso tiene que ver que Brasil no entró a comprar”.
“El año pasado Brasil compró y automáticamente, al escasear, el producto aumentó su precio pero este año no ocurrió”, dijo.
En tanto, la mandioca que es 100% producción misionera se incrementó solamente 66% en comparación con el precio del año pasado, siendo uno de los únicos por debajo de la inflación. Esto se debe a que este año la producción creció mucho a diferencia de la escasez por la sequía de 2022.
20% menos de ajo este año
De acuerdo con el último informe del Instituto de Desarrollo Rural (IDR), en 2022 la superficie cultivada de ajo en Mendoza alcanzaba 13.300 hectáreas con ajo, lo que representó 17% de incremento respecto al ciclo anterior (1.950 hectáreas más). En años anteriores, el área dedicada a este cultivo rondaba las 8.000 a 12.000 hectáreas.
Sin embargo, aún con estos números positivos, la Asociación de Productores, Empacadores y Exportadores de Ajo, Cebollas y Afines de Mendoza (Asocamen) estimó que la cosecha este año arrojará una merma, respecto del periodo anterior, de entre 20% y 25%.
“Se sembró menos, y cada hectárea va a entregar menor volumen, porque los productores se han encontrado con dificultades para comprar la materia orgánica que se utiliza como abono y que es muy importante en el inicio del ciclo productivo”, indicó Fabián Fusari Duin, titular de esa Asociación.
En lo que respecta a su comercialización, el 80% del ajo mendocino se exporta a Brasil, por lo que en este contexto el Ministerio de Economía provincial, busca reforzar la llegada de ese producto a ese país.
De acuerdo con la Asociación que conduce Fusari, el sector ajero mendocino se enfrenta a dos situaciones que terminan por bajar los precios en el mercado brasilero: por un lado empresas externas logran generar negocios en el territorio sin dejar renta en el país (las llamadas empresas frías), y por el otro crece el contrabando de bolsas de ajo.
En cualquiera de los casos, el precio pagado al productor se ve afectado, porque se inunda el mercado con una producción que no abonó impuestos ni permisos de exportación. Es por eso que los productores buscan que se garantice el envío del producto a un precio que resulte rentable para todos los actores.
“La problemática no solo nos afecta a los mendocinos haciendo caer los precios, sino que también perjudica a los productores de San Juan y Brasil, país que es nuestro principal comprador”, indicó Fusari.
Frente a esto, la Asocamen se encuentra en conversaciones con su par brasilero, para evitar el ingreso de mercadería con precios muy bajos.