En varias oportunidades nos encontramos con la perseverancia, está ahí al alcance cuando la necesitamos para enfrentar desigualdades, pasando de un escalón a otro que nos aproxime al propósito deseado y si sabemos que tenemos el potencial necesario, la perseverancia es nuestra mejor aliada.
Uno de los rasgos comunes que pude observar desde que me dedico al crecimiento personal es fundamentalmente del carácter de las personas, de todas las personas de éxito, todos poseen una gran actitud de perseverancia, creen profundamente que son parte de un plan divino, que vinieron a realizar el propósito de sus vidas, entonces utilizan intencionalmente su creatividad para enfrentar los desafíos, asumen el compromiso de sus convicciones siendo perseverantes para la realización de su propósito.
La confianza es la raíz que nos permite crecer en la perseverancia, cuando los vientos no están a nuestro favor, la habilidad de la perseverancia nos permite doblarnos y dar un salto hacia una zona donde los vientos sean más favorables.
Esta es la prueba de que podemos adaptarnos y cambiar si es necesario, pero no abandonar el propósito que alberga en nuestro interior, eso sucede a través de ser perseverantes.
La perseverancia también es la forma de ver positivamente el lado brillante de las situaciones no tan coloridas, es darle nuestra tonalidad brillante a través de la convicción de saber que se puede lograr, dando un plus extra de esfuerzo y compromiso. Esto es un equivalente a una mentalidad ganadora, reconociendo que el proceso de caminos sinuosos nos permitió aprender y crecer, fortaleciendo la habilidad de la perseverancia.
Si queremos avanzar hacia la realización de nuestros propósitos tenemos que darnos cuenta que tendremos que esforzarnos, haciendo cosas que la mayoría de las personas no quieren hacer y es aquí donde la mentalidad perseverante es importante porque tenemos que desprendernos de creencias limitantes, para observar las nuevas posibilidades y cada día siendo más perseverantes.