El mes de agosto siempre ha sido conocido por los antepasados como una época de “males”. Además, representa un período de transición hacia el frío y las lluvias, que atrae enfermedades, entre otras. Es por eso, que hasta la actualidad perdura la tradición de ingerir una pequeña cantidad de caña con ruda todos los 1 de agosto, la cual “ahuyenta todos los males”.
“Generalmente en agosto empiezan los fríos las lluvias y te empezás a sentir con muchos problemas. Nuestros naturales, tenían para sus tribus y ya preparaban ellos la caña con ruda para curar muchas enfermedades”, comenzó diciendo la escritora Norma Catalano en entrevista con la web de PRIMERA EDICIÓN.
Según comentó, la caña es originaria de los cañaverales y la ruda es una planta proveniente de Europa. “La ruda macho es más fuerte y acre, mientras que la ruda hembra tiene hojas más pequeñas y suaves. Para preparar la bebida, se colocan tres ramitas de ruda en medio litro de caña para que no sea demasiado fuerte”, explicó.
La preparación de la caña con ruda no se limita solo a lo físico, sino que también involucra una dimensión espiritual, sostuvo Catalano. “Tiene un poder energético capaz de curarte interiormente, espiritualmente, y corporalmente. Que sea total ese beneficio que vas a recibir de esa caña, remedio popular necesario en nuestro tiempo que viene de antaño”.
Norma Catalano advierte que esta bebida debe tomarse con precaución, ya que su efectividad puede volverse más fuerte con el tiempo si se deja macerar durante más días. Por ello, recomienda no abusar de ella y ser consciente de sus propiedades curativas.
Uno de los detalles más llamativos fue que contó que existen cada día de la semana tiene una función en particular, a la hora de preparar la bebida. “Si se prepara el día martes, ese mismo día se beben tres tragos que da vigor extraordinario, ayuda a que uno ande bien con la patrona, si se la dejan macerar durante más tiempo la bebida se pone cada vez más fuerte en realidad y eficacia”.
Fue durante su labor en un geriátrico en Miguel Lanús en 1984 cuando empezó a escuchar las historias y saberes de los ancianos, lo que inspiró su primer libro “Psicodinámica: Metodología y Práctica para el Éxito”. Desde entonces, ha estado dedicada a recopilar y divulgar el conocimiento de nuestros antepasados, incluyendo la sabiduría relacionada con la caña con ruda.
La tradición de preparar y consumir la caña con ruda no solo se limita al consumo directo. “Los que no pueden tomar, por ejemplo, si tenés un calambre, tenés dolores de pierna, de huesos, sirve para frotar el cuerpo y también se utiliza como un filtro catalizador. Aquellos que no pueden tomar o no se pueden frotar, colocan un vaso de caña con ruda en un lugar alto de la casa, entonces el vapor va impregnando el lugar y el ese vapor hace que los animales como los mosquitos y moscas se vayan”, explicó la escritora.
Como gerontóloga, Catalano advierte que las personas con ciertas condiciones médicas, como hipertensión o diabetes, deben tener precaución al consumir esta bebida, ya que el alcohol de la caña puede interactuar con ciertas patologías.
Como escritora, ha publicado uno de los libros más leídos sobre la caña con ruda en la provincia. Allí se encuentra de forma escrita todo los beneficios, consejos, formas de preparar y testimonios que recogió en su tiempo, junto a los adultos mayores con los que trabajó.
En un mundo donde la medicina tradicional y la ciencia coexisten, la caña con ruda simboliza nuestra conexión con el pasado y la riqueza de la sabiduría popular. Así, esta antigua infusión se mantiene como una muestra del poder de lo ancestral, perdurando en el tiempo y traspasando fronteras generacionales.
“Es un remedio popular, es una elixir que viene de la costumbre de nuestros naturales de los chamanes de los médicos de las tribus que le daban a su gente, a su pueblo para combatir cualquier tipo de enfermedad. Se va pasando esto de generación en generación y creemos que ya no va a morir porque cada vez aumentan más la cantidad de consultas que tengo sobre este tema”, cerró Catalano.