Desde hoy regirán “boletazos” en Posadas, Garupá y Candelaria pero también en Oberá. El común denominador de todas las localidades mencionadas es que el concesionario del pésimo servicio es el Grupo Z.
Sin embargo, los obereños no se quedaron en silencio ni reclamando desde sus casas. Un nutrido sector, donde convergieron organizaciones sociales, comisiones vecinales y vecinos autoconvocados, decidió ir a manifestarse por las calles y avenidas hasta lograr ser recibidos por funcionarios municipales de la gestión de Pablo Hassan.
Además del costo del boleto que tendrá un 200% de incremento, la principal preocupación son los constantes recortes de lineas o de frecuencias; como también los cambios de recorrido sin aviso que aplica el Grupo Z, en desmedro de las familias.
Desde hace tiempo se viene cuestionando la ausencia que implementó el transporte público de pasajeros en varias escuelas, donde los alumnos de familias de escasos recursos se vieron muy afectados para la concurrencia a los establecimientos educativos. Los funcionarios obereños se vieron obligados a dar respuesta, cuando estaban acostumbrados a que el silencio era su mejor aliado para no tener que rendir cuentas.
Ahora, quienes protestaron, esperan ver en la práctica desde esta semana las mejoras prometidas por Movilidad Urbana de la comuna obereña.
Lo curioso es cómo actúa la Municipalidad: en lugar de exigir al Grupo Z que cumpla con lo existente en recorridos, llama a los barrios a ver las “prioridades” en el servicio. Tal vez, debieran hacerse cargo las comisiones vecinales si los funcionarios no están capacitados para determinar lo que es correcto y lo que no. Pero, en este caso, reclamar tuvo resultados.