Observar a nuestros perros mejorará la convivencia con ellos y con otros de su especie.
Los peludos nos observan para aprender lo que queremos de ellos, aprendiendo a observarlos nosotros sabríamos que, quizá, esas caricias que le hacemos no le gustan tanto, o que se asusta cuando en casa levantamos el tono de voz, aunque más no sea para gritar un “goooooool”.
La observación es el primer paso para prevenir problemas. Aprendemos que no es un perro agresivo, sino que solo tiene miedo, que no es dominante, sino que tiene estrés, que no se relaciona tan bien con otros perros como pensábamos, etc.
Te demuestro con un ejemplo muy común que solemos verlo con nuestros propios perros.
• Tu perro ingresa a un grupo jugando y correteando, pero otro perro empieza a asediarle y a gruñirle.
• Proteges a tu perro porque “pobrecito le querían pegar” y te enojas con el otro etiquetándolo de dominante.
• Un buen observador vería que tu perro ingresa al grupo en estampida, ignorando las reglas básicas de educación perruna y las señales de calma que le proyectan los otros perros.
• El amigo al que etiquetaste de “dominante” solo intentaba poner orden, protegiendo a los otros perros e intentando interponerse para que tu peludo dejase de hostigar, mientras que el sigue ignorando a todos porque su estado de agitación no le permite contenerse.
Los perros son los que más nos pueden enseñar sobre los perros y, ya que éstos no hablan, no nos queda otra que aprender a observarles.