Pasó el “día después”, en el que se confirmaron muchas de las especulaciones que, en su mayoría, el Gobierno de Alberto Fernández había negado que iba a implementar como por ejemplo una devaluación.
En la economía doméstica, las principales distribuidoras de alimentos se encontraron con entregas suspendidas y, si aceptaban órdenes de compra, los precios estaban con un 20% de aumento.
Ayer, en rubros como ferreterías, aluminio o maquinarias importadas, no se encontraban precios hasta que “las cosas se acomoden” en los anuncios oficiales sobre el dólar, las tasas, las restricciones cambiarias, por mencionarse algunas de las variables.
En lo político, se sigue analizando el “fenómeno Milei” que consiguió ser el candidato más votado camino a octubre, donde sí se deberán elegir nuestros gobernantes en el país para los próximos cuatro años.
Los derrotados (un 70% de los dirigentes políticos de los otros frentes y partidos) tuvieron reacciones diversas. Pero hay muchos que no superan la etapa de las internas, donde el electorado les dio la espalda.
Otros, denostan al diputado nacional y postulante a la Presidencia de la Nación como a su electorado. Sin detenerse a pensar ¿por qué Milei es hoy el centro de la atención de la Argentina?
Todavía resta que los espacios (todos) hagan público un mea culpa sobre el enorme porcentaje de votos en blanco, es decir, de aquellos que optaron por ir a votar pero no eligieron a nadie. Y, finalmente, sobre el ausentismo que volvió a hacer historia a los 40 años de una democracia que merece ser fortalecida por la dirigencia.
Sin embargo, las caras más representativas, parecen mareadas en el intento de leer los resultados de las PASO que, como se dijo en la edición del domingo pasado, son más que la elección interna de candidatos en los frentes y partidos. Sino, basta con ver las reacciones de ayer en la economía.