La forma en que experimentamos los problemas es algo particular de cada uno. Lo que a algunos les parece terrible, puede ser poco o nada para otros. Por eso, amigos, ocuparse de la salud interior y adquirir hábitos saludables pueden resultar realmente divertidos, creativos y seremos personas bellas.
Además de la alimentación existen otros factores naturales que resultan decisivos para la salud. Aplicarlos es muy sencillo.
Alimentación: es el hábito que más influye en nuestra salud, no solo el tipo de comida sino también el momento y la forma de tomarla afectan a nuestro organismo.
Una dieta equilibrada con frutas y verduras, cereales integrales y legumbres aportan los nutrientes que nuestro organismo necesita.
Aire: el oxígeno contenido en el aire resulta imprescindible para que los alimentos se “quemen” en nuestras células y produzcan la energía necesaria para la vida. Solo tenemos una sola forma de conseguirlo: respirando. Es una buena manera de iniciar el día, con respiraciones profundas en un lugar abierto, al igual que ventilar la casa durante algunas horas, y si en el transcurso de estos días se te da la posibilidad de estar en algún lugar descampado, mucho mejor. No se olviden que la respiración es la primera función en la vida.
Agua: necesitamos agua por fuera (higiene personal) y agua por dentro. Procura beber mínimamente dos litros de agua por día, nuestro clima nos ayuda, ya que el frío intenso es de corta duración.
Sol: la luz solar resulta imprescindible para la vida porque la radiación ultravioleta actúa como desinfectante, estimula los procesos vitales y tonifica el organismo.
Ejercicio físico: nuestro cuerpo es una máquina diseñada para el movimiento.
El ejercicio combate la hipertensión arterial, evita la obesidad y mantiene en forma el organismo.
Reposo: necesitamos que nuestro descanso sea reparador, todas las células de nuestro cuerpo necesitan un descanso regular cada día. Unas siete horas como mínimo en los adultos. Además el organismo necesita reposo semanal y anual.
Abstinencia de tóxicos: la nocividad de bebidas alcohólicas, el tabaco y las drogas nos demuestran cada vez más cómo se apoderan de nuestros jóvenes.
Buena disposición mental: adquirir el hábito de tomarse las cosas con tranquilidad, de no angustiarse, no guardar resentimiento contra los demás, saber relajarse en cualquier lugar, de colocar una gota de alegría y comprensión ante una persona que en estos momentos tiene un problema o simplemente escucharla porque a veces uno le encuentra una solución que esa persona no la pudo ver.
Bríndate para ser feliz: si de verdad quieres ser feliz nunca te quedes con las ganas, sé auténtico, natural, sincero, bondadoso y ¡Bríndate para ser feliz!