Aunque falten varias semanas para la definición y para que se produzca el cambio de gestión, comienza a quedarnos claro a todos que los argentinos nos encontramos frente a un fin de ciclo económico que, de acuerdo a lo que ocurra en las urnas, podría traer consigo el cierre de una etapa política alrededor de la que orbitaron dos coaliciones durante la última década.
La primera afirmación es segura y se argumenta en que cuatro de los cinco candidatos se inclinan por reorganizar la economía en base a premisas como el equilibrio presupuestario, la reducción de la emisión monetaria, el estímulo de las exportaciones, la disminución de los subsidios y la reestructuración de la ayuda social. La quinta candidata propone otra vía, pero el batacazo ya lo dio uno de la lista de cuatro. La segunda posibilidad es justamente eso, una posibilidad. Pero impulsa un debate de fondo que, al menos hoy, difumina lo económico.