La Ley Nacional de Identidad de Género aprobada en 2012 no solo garantiza a las personas registrarse en su DNI con su identidad de género autopercibida, sino también el acceso a tratamientos e intervenciones quirúrgicas para modificar su cuerpo.
En ese marco, en el Hospital Ramón Madariaga se realizan en promedio 30 cirugías anuales de cambio de género; es decir, de 2 a 3 mensuales. Así lo confirmó el jefe del Servicio de Cirugía Plástica del Hospital Ramón Madariaga, Gustavo Abrile en diálogo con PRIMERA EDICIÓN.
Cabe aclarar que cuando se habla de cirugías de cambio de género en Misiones, se habla de dos procedimientos específicos: masculinización y feminización torácica. Eso, ya que las cirugías denominadas de reasignación genital se realizan en muy pocos hospitales públicos del país como el Durand de Buenos Aires y el Gutiérrez de la Plata.
Si bien decir tres cirugías por mes parece un número bajo, Abrile aclaró que el servicio de cirugía plástica del Hospital tiene una gran y abarcativa demanda de pacientes, entonces se trata de establecer una equidad entre quienes acuden por intervenciones de cambio de género y otras intervenciones como la cirugía bariátrica, o quemaduras.
Acompañar el proceso
Como la cirugía de feminización o masculinización torácica es solo un peldaño en el proceso de cambio de una persona, el Servicio de Cirugía Plástica del Hospital hace años brinda talleres abiertos al público: tanto para personas que quieren iniciar el cambio, como para padres o familias que quieren informarse o acompañar el proceso de sus hijos.
En dichos talleres no solo se abordan los cuidados físicos antes y después de la cirugía, sino también los diferentes procedimientos disponibles, el tiempo de curación y preparación que lleva cada uno y sobre todo el cuidado de la salud mental durante el proceso.
Para conocer más sobre eso, este Diario consultó con la psicóloga del Servicio de Cirugía, Macarena Mauriño, quien explicó qué herramientas buscan darle al paciente.
“Psicológicamente trabajamos las expectativas, las ansiedades Si bien en los talleres tenemos menos tiempo que una consulta particular, lo que se trata de trabajar es la seguridad del paciente: que tenga toda la información, y que pueda preguntar, ya que muchas veces no se animan. El psicólogo siempre es un nexo entre el cirujano y el paciente. Es decir, si no se animan a preguntar algo al cirujano lo hablan conmigo o con la trabajadora social”, indicó la especialista.

Es así que, muchas veces el taller es el primer paso que toma una persona para animarse a consultar por la cirugía de cambio de género, entonces ahí mismo se hace el nexo entre el paciente y el cirujano o la endocrinóloga (ya que también se les brinda a los pacientes tratamientos de hormonización).
A su vez, no solo acuden a los talleres pacientes que se realizarán la cirugía, sino también padres que buscan acompañar el proceso de sus hijos/as. En cuanto a las edades, Mauriño explicó que tienen desde pacientes adolescentes (mayores de 15 años) hasta personas mayores de 50 años que postergaron por años la cirugía.
En ese sentido, llegado el caso que un paciente menor requiera la cirugía (lo que según Mauriño efectivamente sucede), “evaluamos cada situación particular, si hay alguno que tiene 17, se trata de esperar porque hay una cuestión legal que se trata meramente con los tutores”, afirmó.
Cabe destacar que los pacientes que van por un cambio de género son solo un tipo de paciente que acompaña el servicio psicosocial del Servicio de Cirugía Plástica. Dentro de los pacientes, un 50% están por un cambio de género y el otro 50% son pacientes que están por la cirugía bariátrica: otro procedimiento que implica un cambio corporal que va a cambiar la vida del paciente y, por ende, requiere acompañamiento psicológico.
Intervenciones que se realizan
En el Hospital Madariaga se realizan dos intervenciones referidas a cambio de género: la masculinización de torax (mastectomía) y la feminización de tórax con implantes mamarios.
La masculinización, en una reasignación de género, consiste en la extirpación del tejido mamario y la piel sobrante. En tanto la feminización consiste en la colocación de implantes mamarios.
A su vez, en el caso de los implantes, los mismos se gestionan a partir del Estado provincial para aquellas personas que no tienen cobertura; y con las que sí tienen cobertura se gestiona mediante las obras sociales.
No obstante, según lo explicó Mauriño, una gran mayoría de pacientes que acuden no cuentan con cobertura.