No cabe duda que hablar de una persona intensa es decir algo malo sobre esa persona, pero la intensidad, dependiendo la ocasión, puede ser incluso beneficiosa.
En este último tiempo aprendí que sin importar qué, incluso los extremos son buenos si sabemos ver la enseñanza o aprendizaje escondidos.
Intensidad se define como grado o fuerza con la que se realiza una acción o se manifiesta un sentimiento. Entonces ¿cuán realmente malo es? Vengo hablando de la dualidad hace tiempo y acá se suma cómo recibe la otra persona esa “intensidad”.
Ahora, ¿qué color le pondrían a este estado de demostración de un sentimiento? Dependerá de cómo estén viviendo, sintiendo y sea la otra persona, (la que recibe).
Así que puede tomarlo de color rosa o verde intenso en su lado positivo lo que hablaría de amor real, o lo puede tomar como de un rojo intenso, lo cual solo lo llevaría a ser una molestia. Recuerden que todo tiene su dualidad, de ahí que es importante y entran en vigencia estas palabras que tienen todo el poder y es el “libre albedrío”.
Todos somos energía en constante movimiento y cada uno elige cómo reaccionar, cómo tomar eso que te están brindando. Así que también dependerá de cómo estemos vibrando en ese momento del que da y el que recibe.
Los colores están ahí para ayudarnos a transformar emociones, así que antes de reaccionar ante la intensidad, obsérvate si estás “mala onda” respira, porque esa intensidad te puede ¡sorprender!, si estás con el mismo sentir que la otra persona seguro se convertirá en una fiesta de colores.
Que tengas un intenso y ¡Feliz Domingo!