Cuando dos especies diferentes pero interfértiles se cruzan y dan progenie, el azar (o el destino) de la expresión génica puede generar nuevas especies, permitiendo a genes que antes no se expresaban, poder hacerlo o, tal vez, traducir y potenciar cualidades que antes pasaban desapercibidas, tamaños más grandes, colores más fuertes, sabores que destacan, perfumes que persisten.
Además está visto que dichos entrecruzamientos dan por resultado especies, denominadas híbridas que poseen nuevas cualidades capaces de responder a variables ambientales diferentes, dicho de otro modo, los híbridos son variedades, a veces más resistentes que sus progenitores y otras, más débiles en cuanto a las posibilidades de dar respuestas a las condiciones siempre cambiantes del ambiente.
Los híbridos pueden ser naturales, cuando las especies en sus ecosistemas de origen se cruzan exitosamente o cultivados cuando se fuerza el entrecruzamiento, mediante selección artificial, buscando ciertas características apetecibles, medicinales o cosméticas para nosotros.
En el caso de los cítricos, especies vegetales de la familia de las rutáceas, la diversidad genética y de especies dan por resultado un número desconocido de variedades, existen las populares naranjas, limones, pomelos, quinotos y mandarinas, pero también las bergamotas, clementinas, cidras, limas, yuzus, tangelos y como si fuera poco caviar cítrico, donde la cubierta de los gajos no está y se encuentran dentro de la cáscara los pelos jugosos sueltos, dando el especto de caviar, conteniendo ese jugo dulce del hesperidio.
Adaptación, diversidad, posibilidad de expresarnos de maneras diferentes, jugando con las posibilidades, la caja de colores de la vida, el material genético, moleculares posibilidades desde un origen común, llamado pool génico propio, de la familia completa.
Así se mostró Citrus auriantium, un cítrico producto de entrecruzamientos cultivados entre Citrus máxima y Citrus reticulatadando como resultado una naranja amarga, que posee en sus flores el principio con el que se fabrica el aceite de nerolí, en sus hojas propiedades relajantes y en su corteza la capacidad de aceptar otras especies de la familia oficiando de porta injerto de excelente respuesta y adaptabilidad.
Resistente, fructífero, aromático, medicinal, culinario, ornamental. Una especie que hasta posee, a pesar de ser asiática, nombre en guaraní: apepú.
Se adapta, la adoptan. Cuántas veces necesitamos esa energía para sobrellevar situaciones difíciles, sobreponernos a momentos incómodos, quedarnos o saber irnos, disfrutar del dulce y amargo trago cítrico que hincha los labios como respuesta a sus furanocumarinas, compuestos fitoquímicos naturales.
Exponernos a la sombra, el jugo, la presencia de un apepú tal vez pueda orientarnos y sanar esos momentos que requirieron de nuestra capacidad de adoptarnos genuinamente, conociendo nuestro pool génico y a partir de las posibilidades infinitas de expresión que poseemos, responder adaptativamente a condiciones ambientales nuevas o diferentes a las que ya sabíamos qué hacer. Habría que animarse a probar apepú.