Como agua en el desierto o refugio en medio de la tormenta. Así se puede describir la victoria que alcanzó esta tarde Crucero del Norte frente a un rival directo en la lucha por la permanencia como Juventud Antoniana de Salta. Fue 2-0 para respirar aliviado, al menos unos días.
Corazón y mucha entrega tuvo el equipo misionero para hacerle frente a la presión y sacar adelante un juego trascendental, de esos que se dicen que valen seis puntos. Lo necesitaba, entendió que este era “el partido” y lo afrontó como tal. Salió de zona de descenso y ahora tendrá seis finales para defender la plaza.
Fueron nueve partidos de sufrimiento para el Colectivero, casi tres meses de masticar vidrio, pero al fin pudo tomar una bocanada de aire, que en realidad es un pequeño mimo para aliviar el mal momento que atravesó todo este tiempo.
Adrián Yossen tuvo su debut al frente del equipo y éste respondió en la cancha. Crucero tuvo mucha actitud en el inicio y trasladó ese envión al área rival para generar las primeras llegadas de peligro.
Como siempre, casi todas las pelotas pasaron por “Pinti” Álvarez, que fue el abanderado de los ataques del local y tuvo al menos dos buenas situaciones para marcar. Además, estuvo apoyado por los constantes desbordes por el sector derecho de Walter Figueroa y Lautaro Soto.
Crucero empujó en todo momento y tuvo su mejor situación cuando llegó un centro de Figueroa para Soto, que ensayó una media vuelta y el disparo se fue apenas afuera. La visita, en tanto, no tuvo tanto la pelota, pero cada vez que la agarró la manejó con criterio y encontró en Juan Perillo sus jugadas más peligrosas.
Pero Crucero tuvo que esperar hasta el segundo tiempo para poder desnivelar en el marcador. A los 2’, Soto desbordó por un costado, a pura velocidad se metió al área y mandó el centro al área chica para el ingreso de Gastón Torres, uno de los puntos altos del Colectivero, que solo la tuvo que empujar.
Luego del tanto, el elenco de Yossen intentó ser inteligente y seguir con la misma intensidad, pero el nerviosismo le jugó una mala pasada y por unos minutos el Santo acechó el terreno local.
El Colectivero volvió a la carga después de la media hora y el cambio de aire que le dieron las modificaciones llegaron en el momento justo. Y, cuando la presión jugaba en la cabeza de los dos, un pelotazo encontró bien parado a Matías Iglesias, que definió con categoría para sentenciar la historia.
Crucero ganó una final y salió del descenso, pero todavía le quedan seis más para intentar salvarse. En el próximo compromiso buscará ratificar el triunfo, el domingo a las 16, ante Boca Unidos de Corrientes.