Luego que se conocieran los recientes datos de la inflación y el costo de vida en el país y con una acentuación extrema en el NEA, el sacerdote Alberto Barros, vicepresidente de Cáritas Posadas, se mostró indignado porque a su entender, “resolver la pobreza en Argentina no es la prioridad de la dirigencia” que se encuentra en campaña.
Barros, quien mantiene desde su misión pastoral un compromiso constante con la promoción de la justicia social, señaló que “toda la dirigencia política, gremial y empresarial esquiva buscar una solución real a la problemática”.
“Es absolutamente injusto, inaceptable, inhumano e indigno. No puede ser que las familias vivan en estas situaciones de pobreza y de exclusión (…) desgraciadamente toda la dirigencia argentina no está a la altura de las circunstancias. De estos temas se habla poco. Inclusive en plena campaña electoral no se escucha hablar de estos problemas todo chicana (entre candidatos), peleas, insultos. Pero estos temas pareciera como que están de costado, no es una prioridad el tema de cómo salimos de la pobreza”, fustigó.
El sacerdote al frente de la Sagrada Familia, por su condición de cura y también de referente de Cáritas trabaja directamente en comunidades empobrecidas de la ciudad capital donde, según contó, es “una foto muy dolorosa de la Argentina, una realidad que duele y mucho. No sé hasta dónde nos conmueve como nación semejante situación que es un escándalo, pero no se hace nada para erradicarla”, dijo en tono de denuncia.
“Es una realidad que duele mucho”, prosiguió, “que no podemos dejar de mirar ni obviarla menos que menos ser indiferente, porque más allá de los porcentajes y estadísticas uno lo ve, la realidad es así. Esos números alarmantes se reflejan en personas concretas, en rostros concretos, de miles de niños, niñas, familias”, graficó el hombre a partir del contacto directo que tiene con comunidades enteras, asentadas en la periferia de la capital provincial donde las necesidades básicas están insatisfechas en extremo.
“Espejitos de colores”
Durante la extensa entrevista radial, también hubo tiempo para analizar algunas medidas económicas y sociales tomadas por el gobierno de turno, materializadas en la toma de créditos, bonos y la eliminación de impuestos (Ganancias, IVA), que según Barros, no son suficientes ni serios “para sacar a nuestro pueblo de la pobreza”.
“Aparecen regalitos por acá y por allá, pero no significa un proyecto serio”, enfatizó.
“Nuestro pueblo ya no es tan infantil, obviamente recibe y acepta todo lo que les venga bien”. Para Barros, “este tipo de prácticas revelan cierta incapacidad para solucionar los problemas”.
En ese sentido también cuestionó a la población que livianamente señala que “hay gente que es pobre porque quiere, o que no trabaja porque no quiere y prefiere vivir de un plan”.
“Esa idea proviene de ciertos sectores sociales, pero es necesario que se sepa que nadie vive solo de cobrar planes. Estos días de inundaciones que tuvimos, en concreto en el barrio San Juan Diego, donde hay como 200 familias que se inundan, literalmente hasta las rodillas, cada vez que llueve. Gracias a Dios, la Municipalidad abrió una zanja para que el agua drene, pero más de una mamá me decía ‘yo no quiero esto para mis hijos. Yo no quiero estar acá. No quiero que mis hijos vivan en este lugar’. Es algo lógico, nadie quiere ser pobre ni vivir mal, pero no tienen otra posibilidad. Se quedan ahí porque no les queda otra, están condicionados por una situación que no pueden superar”, aclaró.
“Esos días que yo estaba en esos barrios me decía a mí mismo, como ejercicio personal: ¿si yo estuviera acá, si yo tuviera que vivir así en una casita como estas con el agua adentro, con el barro bajo mis pies?, porque ni piso alisado tienen. Yo creo no sé, creo que me sentiría muy angustiado”, fue su reflexión. Y pidió hacer “siempre el ejercicio de ponerse en el lugar del otro”.
“Creo hacer este ejercicio nos hace bien, porque a veces tenemos la mala costumbre o bien, poseemos una cultura bastante individualista y con cierta indiferencia al dolor. Es cierto que a veces reaccionamos frente a hechos que causan conmoción y nos movilizamos mucho para dar una mano solidaria, pero en lo cotidiano, solemos mirar para el costado. Y claro, algunos se pasan opinando desde un lugar de cierta comodidad”, dijo el cura e invitó a la sociedad al análisis constante de los hechos cotidianos y a involucrarse de forma comprometida con las acciones de cambio para otra Argentina posible.
“¿Qué pasa con nuestra dirigencia que no hace nada?”
Tras remontarse a décadas pasadas, cuando Alberto Barros iniciaba la compleja labor de pastorear a familias en los barrios pobres, aseguró: “Esto no es nuevo, lo venimos hablando (y denunciando) hace muchísimo tiempo y uno tiene la sensación de que volvemos a hablar de los mismos problemas, que nunca se solucionan. Entonces, surge una pregunta ¿por qué nos pasa lo que nos pasa?, que estamos en esta situación desde hace muchísimo tiempo y parece que se profundiza en vez de solucionarse”, cuestionó.
En la nota radial que brindó a FM 89.3 Santa María de las Misiones, el sacerdote católico no dejó sector sin señalar: “nuestra dirigencia política de todos los partidos de todos los frentes miran para otro lado, lo mismo nuestra dirigencia empresarial y con nuestra dirigencia gremial. ¿Qué nos pasa como sociedad, por qué nos vamos acostumbrando a convivir con este dolor”, cuestionó.
Para Barros, el camino es impartir justicia social, “porque no todos tienen la misma oportunidad al comenzar la vida. Entonces tenemos que hablar claramente de justicia social porque no es lo mismo un chico que nace con todas las posibilidades de alimentación, de estudios, de integración social que un chico que nace en un barrio de exclusión, de pobreza, que no puede comer bien. Es decir, el inicio de la vida es completamente distinto en unos y otros y bueno, hay que ver de qué manera se generan oportunidades más igualitarias para todos”, reclamó el cura.
Poner en agenda
Con un claro tono de decepción, el hombre afirmó que hay que poner urgente el tema en agenda.
“A mí me genera muchos interrogantes que no esté y muchas decepción también. En el fondo seguimos con costumbres muy viejas de la política argentina, ante la inminencia de un acontecimiento electoral aparecen los regalitos por acá y por allá, que en el fondo no significan en absoluto”.