“Yo soy madre de cinco hijos y mi marido fue estafado”, fueron las últimas palabras antes de ser condenada Silvana Graciela Lindstrom al Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Posadas que la juzgó junto a su pareja chubutense, Fernando Manuel Fioccheta, por almacenar cerca de una tonelada de ladrillos de marihuana durante los últimos días de 2020 y primeros de 2021 en Eldorado.
Lindstrom (43) y Fioccheta (44) fueron declarados culpables como coautores de la modalidad “almacenamiento” del delito de tráfico de estupefacientes previsto por la Ley 23.737. El veredicto fue leído ayer a la 17 por el presidente del TOCF de Posadas, Manuel Alberto Jesús Moreira y los vocales Ernesto Jorge Bosch y Fabián Gustavo Cardozo quienes coincidieron con lo solicitado por el fiscal Pablo Di Loreto: siete años y seis meses de prisión efectiva, fallo que en el caso de Lindstrom será ejecutado de cumplimiento domiciliario. Mientras que para el chubutense la pena lo mantendrá alojado en la unidad penal federal de Rawson.
Los acusados participaron en el debate conectados remotamente mediante aplicaciones virtuales de internet, y fueron defendidos en la sala de audiencias de calle Félix de Azara (casi Catamarca) por los abogados oriundos de Córdoba, Rodrigo Ernesto López Tais y Carlos González Quintana.
La pareja fue detenida el domingo 10 de enero de 2021 en Eldorado por efectivos de la división Antidrogas de la Policía Federal de Córdoba, quienes los seguían de cerca a través de escuchas telefónicas en una pesquisa bajo la supervisión de la Fiscalía Federal 2 de “La Docta”.
Durante el juicio que observó PRIMERA EDICIÓN, se remarcó que la investigación permitió establecer que pocos días antes de la Navidad de 2020, Lindstrom, Fioccheta y dos hijos varones de 5 y 6 años, viajaron al norte misionero (Lindstrom nació y vivió en Colonia Wanda hasta los 17) de presunta visita familiar que programaron para organizar la compra, acopio y acondicionamiento de una tonelada de marihuana prensada que tenía como destino el sur argentino.
La intención se vio frustrada por la pesquisa de la PFA de Córdoba a partir de las escuchas a un detenido que cumple condena por narcotráfico en la cárcel de Villa Devoto en Capital Federal.
Identificado en las audiencias como “Taty” Blanco, habría ordenado a uno de los tres sospechosos que finalmente firmaron juicio abreviado de seis años de prisión efectiva por su responsabilidad como partícipes necesarios en esta causa, a contactar a Lindstrom y Fioccheta como financistas para realizar todos los pasos para el transporte de los 955 panes de droga, 948 kilogramos con un contenido de THC de 13,2, considerado de alto poder alucinógeno.
De acuerdo a lo vertido en debate, el negocio iba a generar una ganancia de 100 millones de pesos y la carga debía llegar entre maderas en un camión hasta Trelew.
El jueves, al abrirse el juicio oral, los defensores Tais y Quintana plantearon la nulidad del acto porque consideraron que los juicios abreviados a los tres partícipes podrían condicionar o provocar el prejuzgamiento a la pareja de encartados.
Fue rechazado y los motivos se conocerán con los fundamentos del veredicto el próximo viernes. Pero se colige que la interpretación de la defensa no choca con los acuerdos de los juicios abreviados, que restan ser considerados por el Tribunal mencionado, es decir no tienen homologación aún porque no fueron analizados, esto corresponderá al próximo paso procesal.
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Viaje familiar
Fioccheta aceptó ser indagado y ofreció su coartada enmarcada en un viaje de visita a familiares de su pareja pero también como alternativa para comprar madera y confeccionar el techo de la vivienda que construían en Trelew tras la venta de un automóvil, lotes heredados y de un fondo de comercio, una carnicería que poseía a la par de sus múltiples oficios: electricista y albañil.
También relató que a un hermano de su pareja le había girado dinero, varios meses antes, para comprar celulares y accesorios en Misiones y venderlos. Pero que al no recibir nada a cambio y volver a ver sus ahorros, aprovecharía la ocasión para el reclamo.
Según Fioccheta, “Cristian Lindstrom ofreció a Diego Aballone (48)” como nuevo garante e intermediario para adquirir “clavadores, tirantes y tablas de pino que son muy requeridos para las casas en el sur”.
De acuerdo a lo que se desprendió en debate, Aballone en realidad fue el contacto con Roque Miranda, presunto nexo con los proveedores de marihuana en suelo paraguayo. Aballone, para los policías federales, fue el enlace de “Taty” Blanco con Fioccheta y Lindstrom finalmente.
Marcelo Simionato, jefe de la división Antidrogas de la PFA “Córdoba”, declaró ayer como testigo y ratificó detalles que obran en el expediente y que hilvanaron la maniobra para conseguir la droga, el transporte y el lugar y madera para acondicionarla.
Un mes detrás de la pareja
Una comitiva de investigadores viajó a Eldorado y durante un mes siguió los pasos de la pareja. Cuando los informes apuntaron el sitio en el que iban a cargar el camión, procedieron a los allanamientos autorizados por el Juzgado Federal de Eldorado y hallaron en el tinglado de una olería un colectivo modificado como casa rodante que ocultaba la droga y a pocos metros las planchas de fenólico ya cortadas para disimular el hueco o cuna para acondicionar la tonelada de marihuana prensada.
Matías Galván, subcomisario de la PFA y quien detuvo a Fioccheta y Lindstrom en un complejo de cabañas eldoradense, declaró en debate y explicó que días antes de los allanamientos las escuchas informaron que la pareja había prescindido de Aballone y de “Taty” Blanco para concretar el “trabajo”. La demora en conseguir la droga y la nula confianza ya en Cristian Lindstrom los habría motivado a negociar de manera directa con Miranda. También relató que comenzaron a dudar del camionero al que iban a contratar y decidieron montar la carga y alquilar el flete sin que supiera el chofer lo que verdaderamente llevaba hacia el sur.
Galván aseguró que Fioccheta disponía del dinero y que pagó las planchas de fenólico en un aserradero sobre la ruta 12 en Eldorado.
Además contó que de las escuchas a Miranda y Lindstrom se desprendió el plan para dejar afuera del negocio a Aballone y directamente hacerlo todo con Miranda.
Consistía en anunciar que abortarían el trabajo y se volvían a Trelew, sin la droga, porque además la propiedad elegida para el almacenamiento no les convencía para cargar el camión.
Antes que el cambio de inmueble se concretara hacia la casa de una tía de Miranda, se realizaron los allanamientos, secuestros y detenciones.
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“Grado de certeza”
Para el fiscal Di Loreto, pruebas y testigos resultaron concordantes y durante su alegato destacó que el 23 de diciembre de 2020 Fioccheta y Aballone adquirieron la madera y comenzó la negociación directa con Miranda para conseguir el estupefaciente. Cruzan a Paraguay con tal motivo y en la propiedad de calle Mendoza al 500 de Eldorado decidieron ocultar la marihuana.
Luego decidieron cambiar de punto de acopio y consiguieron una vivienda a la altura del kilómetro 1.545 de la ruta nacional 12. Allí, en un tinglado con olería escondieron la droga adentro del colectivo modificado a la espera de montarla en el camión que lo llevaría a Trelew.
Las escuchas señalaron que, a la par, Fioccheta le solicitó a un allegado que le consiguiera un tinglado o lugar para depósito, pero que el alquiler tenía que ser en secreto, sin intermediarios en Chubut.
Di Loreto remarcó que “durante la investigación y en debate se logró el grado de certeza necesario para una sentencia condenatoria” y que las “claves fueron las intervenciones telefónicas y el seguimiento de todos los sospechosos”.
Estableció que “Fioccheta y Lindstrom financiaban la operación (…) Fioccheta dijo que vino a Misiones a comprar madera para construir casas pero solo compró planchas de fenólico para la cuna”.
Y resaltó que los acusados negaron conocer a los demás investigados y las escuchas señalaron todo lo contrario.
Solicitó la pena de siete años y seis meses para los dos encartados como coautores de “almacenamiento de estupefacientes agravado por la intervención organizada de tres o más personas”, delito previsto por los artículos 5, inciso C y 11, inciso C de la Ley 23.737.
El defensor González Quintana alegó sobre la nulidad planteada y que “Taty” Blanco debió ser acusado o al menos citado como testigo. Consideró que “las pruebas se consiguieron por una vía ilegal”.
También que Lindstrom y Fioccheta fueron víctimas de una “mejicaneada”, en este caso de Cristian Lindstrom y que la habría organizado Blanco con Aballone para “sacarle dinero a la pareja”.
Para López Tais sin embargo, el hecho estaba probado y reconoció el alegato del fiscal como determinante pero que no correspondía el delito de “almacenamiento” sino el de “confabulación”, artículo 29 Bis y con penas menores.
El defensor no obstante y subsidiariamente, instó a que el Tribunal se incline por los montos menores de sanción en caso que los hallaran culpables de “almacenamiento”.