No hay dolor más profundo que perder un hijo. Sin embargo, no hay amor más grande que el que da la fortaleza necesaria para buscar justicia ante una muerte evitable y al mismo tiempo mantener viva la memoria del ser querido. Tal es el caso de Walter Fabián Vázquez, padre de Fernando, la víctima fatal del siniestro ocurrido en agosto de 2016 sobre la avenida Moreau de Justo (ex ruta 213), de Posadas.
Este martes, al finalizar la segunda jornada de juicio a Julio Werner Lutz, quien embistió a Fernando y llegó a debate con la acusación de “homicidio simple” por dicho siniestro, PRIMERA EDICIÓN dialogó con Walter Vázquez.
Lo primero que hizo fue agradecer a los testigos “que no cambiaron sus testimonios” y reconoció que si bien no sabe cómo va a terminar la causa, él no le desea mal a nadie, “sé que a mi hijo no lo voy a recuperar más, pero tampoco no me voy a sentir feliz si se le condena o no se lo condena a este joven” (por Jorge Lutz).
Sin embargo, aclaró que está “tranquilo porque por lo menos se está esclareciendo la verdad”.
Al ser consultado acerca de si alguna vez dudó que la causa llegara a debate, Vázquez comentó: “Nosotros sabíamos que en algún momento nos iban a llamar, en algún momento iba a pasar algo” y reiteró que están “tranquilos, porque a nosotros lo único que nos importaba era nuestro hijo, que ya no lo tenemos. Ahora depende de Dios”.
Al recordar a su hijo, mencionó que él enseñó a trabajar a todos sus hijos, incluido Fernando, “fuimos cartoneros, nos rebuscamos en el centro, hasta pedimos pan, pero nunca salimos a robar. Tratamos de que tengan sus estudios, entró a trabajar a la YPF” y recordó que 20 días antes del fatídico hecho Fabián llegó y le dijo: “Papá están echando gente, pero a mí me blanquearon”.
“Veinte días duró la felicidad porque este muchacho le quitó la vida, porque es quitarle la vida ya que, si uno va conduciendo, tiene que mirar“.
Algo que remarcó Vázquez es que esto no es algo que vaya a terminar “accidentes siempre va a haber en la 213 porque no hay un control”.
Y agregó que él mismo, junto a su esposa, pasaron por un accidente y mientras a él lo llevaban al hospital, “al otro lo dejaron irse con su auto, nadie hizo nada”.
“No hay justicia”, advirtió e insistió que “van a seguir sucediendo esas cosas” mientras no haya controles.
Volviendo a su hijo, dijo que Fernando” era una persona que se cuidaba mucho, hasta a mí mismo. Cuando yo me iba me decía ‘Papi acordate no vayas a doblar acá, tirate a la banquina, esperá, mirá’. Era una excelente persona, un excelente hijo”.