“Vimos claramente al chico en la motocicleta parado en el semáforo, le gritamos (a Lutz) con mi amiga: ‘¡La moto, la moto, frená, frená!’”. Una de las jóvenes que acompañaba a Julio Werner Lutz en el Ford Fiesta que colisionó por detrás a Fernando Fabián Vázquez (24) y causó su muerte durante la noche del sábado 20 de agosto de 2016 sobre la avenida Alicia Moreau de Justo, declaró ayer durante la segunda jornada del juicio oral y público ante el Tribunal Penal 1 de esta capital.
Florencia Wille Bille tiene 27 años y hoy es policía de profesión. Siete años después del siniestro vial de la ex ruta 213 frente al club Centro de Cazadores, se sentó a declarar como testigo clave del impacto que le quitó la vida al joven motociclista y empleado que, a las 21.30 del día mencionado, se dirigía a iniciar su turno en una estación de servicios en el cruce de las avenidas San Martín y Chacabuco.
Señaló que acompañó a su amiga Sabina Yanette Chávez al encuentro de automóviles de exposición que se celebraba esa tarde y noche en el autódromo de Posadas. “Me pasaron a buscar por mi casa Sabina y Lutz en su automóvil”.
Ante los jueces Viviana Gladis Cukla, Gustavo Arnaldo Bernie y Miguel Mattos, la suboficial de la Policía de Misiones coincidió en sus relatos volcados al expediente en la etapa de instrucción de la causa en manos del juez Marcelo Cardozo y la fiscal Amalia Spinnato.
“En el autódromo estuvimos menos de dos horas, porque yo tenía que volver a cuidar a mi hermanito y Lutz estaba apurado porque tenía que cerrar su negocio en el centro”. También recordó que durante ese lapso de tiempo “Lutz compró cervezas, tomó y también lo vi fumando un porro, ya estaba pasado cuando salimos”.
Amplió que al salir del autódromo aceleró el Ford Fiesta y sintió miedo porque Lutz “comenzó a pasar semáforos en rojo cuando llegamos a la avenida 213 (…) Miré el velocímetro y vi que iba a 130 kilómetros por hora. La música estaba fuerte pero yo estaba sentada en el asiento de atrás pero al medio y nos escuchábamos, mucho más cuando comenzamos a pedirle que bajara la velocidad. Al menos tres veces se lo pedimos (…) Vimos el semáforo en rojo, íbamos en el carril izquierdo y estaba parado el muchacho con la moto. En el carril derecho había varios autos y como no frenaba comencé a gritarle ‘el chico, el chico’, pero no frenó, no frenó”.
Hasta este punto Wille Bille contuvo las lágrimas. Hizo silencio, agachó la cabeza varios segundos y la levantó de repente para continuar su testimonio: “Él no frenó. El no frenó”, lo repitió enfática. “Fue mi amiga la que detuvo el auto, ella accionó la palanca del freno de mano porque él no iba frenar”.
Sobre los instantes posteriores, la joven remarcó los movimientos de Lutz: “Únicamente se preocupó por cómo quedó su auto, ni por el muchacho, ni por nosotras se preocupó. Me lastimé el hombro, una pierna y me entró vidrio en el ojo”.
Mientras Wille Bille y su amiga estaban shockeadas por el impacto fueron asistidas por dos jóvenes que llegaron al lugar en un Peugeot 206, quienes las conocían y también participaron en la exposición de automóviles del autódromo.
Denis Vittorio Vuotto (26), declaró ayer sobre el fatídico episodio. Sostuvo: “Cuando salimos del autódromo este señor (Lutz) nos pasó a alta velocidad, no era una velocidad normal pero tampoco era extremadamente rápido. Diez o quince minutos después llegamos al lugar del choque (Moreau de Justo y Las Américas) y vimos a las chicas lastimadas y las quisimos llevar al hospital. Las subimos al auto y en el cruce de la avenida San Martín y Santa Cruz nos cruzamos con la mamá de una de ellas (Chávez) y se pasaron de auto y se fueron”.
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Causa de muerte
La audiencia de debate de ayer se abrió con las conclusiones de la autopsia a Fernando Vázquez.
Silvio Orlando Mauricio Bojanovich, integrante del Cuerpo Médico Forense del Superior Tribunal de Justicia, explicó las lesiones detectadas en el joven de 24 años: “Hemorragia en el cerebro por fractura en la médula espinal, traumatismo en el pecho con hemotórax, estallido de sangre en los pulmones, traumatismo cerrado de abdomen con estallido de hígado (‘quedó como papilla’, graficó) y de bazo”. Destacó que la lesión principal fue “la lesión craneal, se desnucó”.
Remarcó que el tipo de golpe que sufrió no lo salvaba el casco tampoco. “Es un chicotazo de la nuca, el casco no salva, no le evita la causa de muerte”. Y puso como analogía la fuerza de un impacto de 100 kilómetros por hora: “Es como una caída a 40 metros de altura, de un edificio de diez pisos de altura”.
Las pericias del director de la Policía Científica, Juan Carlos Vázquez, indicaron el lunes que, “a 99,05 kilómetros por hora”, Fernando Vázquez fue chocado por detrás, “sin rastros de frenos ni maniobras” por esquivarlo.