Lara Maciel es oriunda de Leandro Alem y hace un año se dedica a la actividad circense. Así en diversas compañías del ambiente recorre distintas ciudades de Latinoamérica donde comparte su talento y pasión por el circo.
En diálogo con la FM 89.3 Santa María de las Misiones, Lara Maciel comentó que la vida en un circo en “súper divertida y tranquila, sobre todo porque el trabajo que tenemos que hacer, es durante la tarde-noche. Entonces tenemos todo el día para entrenar y pasear en el país que estemos”.
En el mundo de las artes circenses, comentó que deben mantener un buen nivel de entrenamiento “uno como artista tiene que estar entrenado para poder salir a la función, si bien el acto se arma y se va perfeccionando, el entrenamiento es diario”. Para ello, Maciel comentó que “durante todo el día la carpa está libre y a disposición del que quiere ir a ensayar”.
Por otra parte vale recordar que Lara hace un año aceptó la propuesta de una productora para irse a trabajar a un circo y luego formó parte en otras compañías del ambiente “en estos momentos estoy en El Salvador, y me voy a otro destino, me pueden seguir en Instagram para descubrir a donde me fui”.
En este sentido confió, que algunas veces es difícil llevar este trabajo lejos de su familia “sobre todo porque mis entrenadores fueron mis padres, toda la vida estuve en todas las competencias y a todos lados, ellos acompañándome siempre y esta vez fue la primera vez que salí del ámbito artístico, sin ellos”.
Aunque señaló que el circo es una familia en lo que respecta a lo artístico y a su vez es un trabajo donde “hay veces que llegas a un circo que es muy unido, otro circo donde realmente es solo un trabajo donde trabajás y volvés a tu casa. Y realmente mi contención son mis papás haciendo videollamadas, contarles que estoy viajando y especialmente apoyarme en Dios”.
Con respecto al número que realiza en la pista comentó que es un acto aéreo que implica contar con toda la seguridad posible “entonces una como artista tiene que verificar su seguridad y muchas veces me toca subir arriba de la carpa a verificar si mi seguridad realmente está bien para salir a trabajar”.
En este marco, la misionera lleva adelante: acrobacias aéreas con el aro, los ulas en el suelo y también como bailarina. “Trabajamos de lunes a lunes hasta que el circo se cambie de plaza”.
A su vez comentó que depende del contrato, en los circos los artistas suelen vivir en los motorhome, en hoteles o departamentos aunque “la idea es que en la próxima ciudad donde estoy, poder establecerme y hacer un trabajo fijo porque estar viajando es un poco agotador y poder crecer como artista”.
Finalmente, la artista comentó que cuando visita la provincia, suele extrañar el circo ya que “una vez que estás en el circo no querés salir más”.
Además, la joven aprovechó el espacio para saludar a todos los artistas circenses y “no solo los que están en las carpas, sino a los que están en las calles, que también hacen arte circenses y son poco valorados” finalizó.