Si bien los Centros de Apoyo Pedagógico y Tecnológico comenzaron a funcionar en Misiones como una estrategia para evitar el abandono escolar en época de pandemia, se convirtieron en espacios imprescindibles para los chicos, que acuden de forma sostenida durante todo el año a recibir apoyo escolar.
Así lo indicó, en diálogo con PRIMERA EDICIÓN, la subsecretaria de Educación, Rosana Cielo Linares, en la presentación de “El día que un gurí volvió a la Escuela”, un libro que reúne los resultados y las experiencias que obtuvieron, después de tres años de implementar los centros de apoyo pedagógico en Misiones.
“Notamos que la demanda de chicos se sostiene en el año. Antes, cuando comenzamos, pensábamos que quizás tendríamos temporadas bajas y otras altas, y la verdad es que ha sido continua”, comenzó explicando Linares.
No obstante, particularmente en esta etapa del año hay una demanda creciente, ya que los chicos acuden a prepararse de cara al cierre de los bimestres y trimestres. “Entonces empiezan a buscar los espacios donde pueda haber alguien que los ayude a organizar la tarea”, afirmó.
Toda esa demanda sostenida hizo que, de ser 68 los centros (a comienzo de año), pasen a ser 94 distribuidos en los 78 municipios.
A su vez, desde la Subsecretaría se está planificando que quienes estudian para ser docentes puedan llevar a cabo sus prácticas profesionales en estos centros.
En ese sentido, cabe recordar que en dicho espacio se brinda apoyo escolar a los niños y además se aprovecha para vincularlos con la lectoescritura: uno de los ejes problemáticos del sistema educativo.
Así comentó Norma, una de las maestras que trabaja con los chicos del centro de apoyo que funciona en el merendero Mujeres Solidarias de la chacra 145 de Posadas. “Nosotros trabajamos con los chicos, y notamos que la mayor dificultad está en el área de lengua, en identificar las letras, y leerlas. Por ahí escriben y después les cuesta leer lo que ellos mismos escribieron”, explicó la educadora.
He ahí el aporte que hacen las maestras voluntarias en aportar a la alfabetización de los menores.
A su vez, aparte de eso, como explicó a este Diario Berenice, la responsable del merendero Madres Solidarias, “le brindamos también la contención y el seguimiento de sus tareas, que es algo que por ahí ellos no tienen en la casa”, afirmó.
Algo que muchas veces los chicos no tienen, no porque los padres no tengan ánimos de ayudar, sino porque no tienen los conocimientos para guiar a sus hijos.
“Los padres son los más contentos con el apoyo, recibo muchos mensajes de ellos, con fotos de cómo salen en sus pruebas y evaluaciones”, afirmó Berenice.
“El día que un gurí volvió a la escuela”
Si bien, por el momento, el libro será únicamente de circulación institucional, estará disponible en PDF para quien quiera leerlo.
“Creemos que hemos logrado contener y sostener a muchos niños y niñas de la provincia gracias a este dispositivo y el libro que relata eso: datos de los centros que funcionan, alguna información numérica básica y relatos en primera persona (por familias, estudiantes de formación docente, educadores comunitarios), qué significó cuidar que un chico durante la pandemia pueda completar su tarea y no se sienta fuera de la escuela”, finalizó.