En las horas previas a la gran contienda electoral de mañana, fue notoria la retracción y la toma de recaudos frente a todo lo que representa el lunes. En algunas góndolas fue evidente la escasez de ciertos alimentos y productos de limpieza e higiene personal, en los corralones los precios variaron visiblemente en lapsos muy cortos y podía percibirse más material en los depósitos que a la venta.
Lo mismos sucedió con los productos importados y los electrodomésticos más caros. Y, tal y como se advierte en los últimos meses, la mayoría intentó sacarse de encima los pesos argentinos. Paralelamente ayer, en una rueda de repleta de tensiones y con el “blue” virtualmente paralizado, el dólar contado con liquidación (CCL) superó los 1.100 pesos y anotó un récord nominal, alentado por inversores que buscan cubrirse en moneda dura en la previa de las elecciones presidenciales del domingo.
Las coberturas son normales en Argentina en los días previos a las elecciones presidenciales, esta vez quizás fue más intensivo. Todos se corren del peso a la espera del “dólar lunes”.