Sin dar respuesta a los pedidos y las necesidades que los usuarios realizan desde hace años, las empresas del Grupo Z anunciaron que desde mañana aplicarán otro incremento del pasaje del transporte público en Posadas, Garupá y Candelaria.
De acuerdo al cronograma de subas autorizado por las tres municipalidades y la Subsecretaría de Transporte de la Provincia que dirige René Kegler, a partir del 1° de noviembre comenzarán a regir los nuevos valores de la tarifa en modalidad urbano y dentro del sistema integrado.
En Posadas, el boleto costará $130 con SUBE o QR y $170 en efectivo. Hasta Garupá el boleto valdrá $169 y $240 respectivamente. Y hasta Candelaria $197,60 y $280.
Dentro del municipio de Garupá el recorrido con SUBE o QR pasa a costar $139,28 y en efectivo $190. Mientras que dentro del ejido de Candelaria el nuevo valor será el mismo ($139,28 y $190).
La medida es “siempre un golpe al bolsillo” del vecino común que debe tomar el transporte público todos los días, afirmó Luis Gilardoni, de Movimiento Vecinal. “Sabemos que las cosas subieron y que el aumento tenía que llegar, porque ya estaba programado, pero el problema es que no hay contraprestación” del Grupo Z, agregó en comunicación con la FM 89.3 Santa María de las Misiones, la radio de PRIMERA EDICIÓN.
Para Gilardoni, el problema no sería pagar semejante tarifa si existiera un servicio de calidad. “Seguimos pidiendo cosas que son simples y no vemos que, antes de un nuevo aumento, mínimamente hagan cumplir esas pequeñas pautas que afectan al usuario”, criticó.
Sobre el pedido de respuestas de la empresa y el municipio a sus reclamos, dijo que “no hubo respuestas”, a pesar de las denuncias públicas y notas que hicieron este año. “Nosotros seguimos insistiendo y creemos que por medio del diálogo tenemos que llegar a nuestros funcionarios”, explicó.
La tarifa más cara del país
El año 2023 terminará con cinco aumentos en el precio del boleto de colectivo urbano de la capital misionera, llevando el costo a $150 con SUBE Misionero y $200 sin la tarjeta.
De acuerdo a un ranking de las capitales del país, Posadas y Corrientes son las únicas ciudades donde la tarifa alcanzará $200 para fin de 2023.
Para colmo, cada vez son más los usuarios que no tienen posibilidad de utilizar la SUBE y deben pagar el costo más alto, $200 en efectivo, debido a que la empresa designada para administrar la tarjeta, Servicios Urbanos SA, desde enero dejó de entregar plásticos con el argumento de que no se consiguen insumos.
También se presenta permanentemente el drama de que no amplían el margen de carga y el saldo se agota demasiado pronto. Cada usuario puede cargar solamente $600 en cada ocasión, monto que le alcanza apenas para cuatro viajes, debiendo concurrir dos veces por semana, como mínimo, a los pocos puestos de recarga que se encuentran disponibles.
En junio se conoció el decreto del intendente Leonardo Stelatto donde se estableció una seguidilla de aumentos, cinco en total, a aplicarse hasta diciembre cuando los valores serán $150 y $200 respectivamente. Implica una suba de 300% en menos de un año.
Además de que no reciben el plástico de parte de Servicios Urbanos, las empresas del Grupo Z se niegan a instrumentar la tarjeta SUBE nacional, que se puede comprar a precio más económico en cualquier kiosco, se puede cargar saldo sin límite y otorga mayores beneficios para los usuarios, como descuentos por la cantidad de kilómetros recorridos.
Desde hace años los usuarios reclaman la SUBE nacional pero el Grupo la rechaza, porque quedaría expuesto a los controles de la Nación y se transparentarían sus números, algo que viene evitando a toda costa desde décadas. Hoy en día el Grupo presenta la venta de boletos y los kilómetros recorridos mediante declaración jurada, que nadie controla.
El único gran perdedor
En todo este lío, el usuario es el único gran perdedor. Si pierde el plástico, por el motivo que fuere, la empresa se niega a tramitarle el de reposición con el argumento de un problema de suministro de chips y plásticos. Por ende, miles de personas son empujadas a bajarse la aplicación SUBI para poder gozar del descuento o de lo contrario resignarse a pagar de más, en efectivo.
Pero, si eso no fuera suficiente manoseo, quien sí tiene el plástico o en su defecto la aplicación, se tiene que conformar con el insignificante saldo de $600 como máximo que permite el sistema. Con las subas, ese dinero no significa absolutamente nada para un empleado que trabaja en turno cortado, ya que la carga máxima le alcanzará para los cuatro viajes de un solo día. Por lo tanto, muchísima gente se ve empujada a peregrinar buscando puntos de recarga (que escasean), para no tener que pagar de más.
Si por ejemplo se ampliara el cupo de carga, en el caso que se autorice un monto de $3.000, le alcanzaría para pagar los boletos de una sola semana al mes. Sin duda, otro abuso contra la población por donde se mire.