Dos pedidos de un abogado defensor, recusando y pidiendo Jury para la fiscal, generaron que el juicio previsto iniciarse ayer contra el imputado por la muerte de Juan Carlos Kachuka (24) y de su hijo de un año Carlos Benjamín Kachuka, se pospusiera en fecha a definir.
El debate en cuestión tiene en el banquillo de los acusados a un expiloto de rally misionero y comerciante identificado como Leonardo Alex Rubbo (27), quien es representado legalmente por el letrado José Luis Reyes.
El abogado, apenas comenzó la audiencia recusó a la representante del Ministerio Público fiscal María Laura Álvarez (Menores 1), por “enemistad manifiesta” y la denunció ante el Jurado de Enjuiciamiento. Acto seguido, fundamentó su solicitud.
Ahora el juez César Raúl Jiménez (Menores 2) como tribunal unipersonal deberá resolver si hace lugar o no al pedido del abogado, para luego fijar nueva fecha.
El juicio tenía como escenario la sala de debate de los juzgados Correccionales y de Menores en el Palacio de Justicia provincial.
El encartado, con domicilio en Concepción de la Sierra, está acusado de colisionar con una camioneta a un hombre y su pequeño hijo en Tres Capones en julio de 2019.
De acuerdo al requerimiento de elevación a juicio realizado por el juez de Instrucción 4 de Apóstoles, Miguel Faría y la fiscal respectiva, Silvia María Barronis, Leonardo Alex Rubbo fue acusado de “doble homicidio culposo en accidente de tránsito” (artículo 84 Bis del Código Penal Argentino), cuyas víctimas fueron identificadas como Juan Carlos Kachuka y Carlos Benjamín de 1 año y diez meses.
El siniestro vial se registró durante la tarde del sábado 13 de julio de 2019, sobre la ruta provincial 201, en el carril de sentido este-oeste entre Concepción de la Sierra y Apóstoles, altura del kilómetro 20 frente al barrio Moyolito en la localidad de Tres Capones.
Rubbo espera en libertad el esclarecimiento del caso, luego de que su defensa rechazara la oferta de la fiscalía de cinco años de prisión efectiva en un juicio abreviado.
De acuerdo al expediente, Rubbo conducía la camioneta Nissan Frontier que colisionó por detrás a la motocicleta Corven Energy 125 en la que viajaban Kachuka y su hijo rumbo a su casa en el barrio Monyolito II de Tres Capones. El informe de causa de muerte señaló que ambos perdieron la vida en el acto por desnucamiento y traumatismo de cráneo.
“Causó una enorme tristeza”
Lidia Mabel Kachuka (52), tía y madrina de Juan Carlos Kachuka, dialogó con PRIMERA EDICIÓN y manifestó que “la muerte de mi sobrino causó una enorme tristeza en el pueblo, mucha gente acudió al velorio”. Respecto a la suspensión del inicio del debate al acusado de causar el siniestro vial, afirmó que “no me sorprende, y seguramente quieren que el juicio se haga el año que viene”.
Recordó que aquel sábado 13 de julio de 2019, ella regresaba de Concepción de la Sierra en colectivo, cuando vio el movimiento de policías en la escena del hecho.
“Es muy cerca del acceso a Tres Capones, jamás imaginé que ese accidente tenía como protagonistas a familiares. Hasta que al llegar al pueblo me contaron que se trataba de Juan Carlos y de su único hijo. De inmediato regresé al lugar, donde me topé con una escena terrible. Luego me enteré que horas antes Juan Carlos fue a visitar la tumba de su padre en el cementerio ucraniano, que queda muy cerca de su casa. El papá de él falleció diez meses antes. Esa tarde del accidente Juan Carlos compró una pelota por el día del niño para su hijo y estaba a punto de encontrarse con su pareja, quien venía de Concepción de la Sierra en colectivo y también pasó por el lugar del accidente sin imaginar que era su familia la que perdió en esa tragedia”, afirmó Lidia muy acongojada.
Acerca de la familia de la víctima, refirió que “él (por Juan Carlos) era el menor de tres hermanos, quienes al igual que su madre aún residen en Tres Capones y obviamente que no superan la doble pérdida que significó el accidente ocurrido hace más de cuatro años”. Por último, la mujer que reside en Concepción de la Sierra, confió a este Diario que “mi sobrino era un joven que no tenía vicios, no consumía bebidas y tampoco se drogaba, compartía el poco tiempo libre que le quedaba con otros jóvenes en una iglesia evangélica del pueblo, y digo poco tiempo porque se ganaba el pan de cada día haciendo changas o trabajando en la tarefa. En una zona muy humilde, donde casi no hay oportunidades laborales”.