Con una agenda diversa, el sacerdote José María Di Paola, más conocido como el “cura villero” o Padre Pepe, llegó este viernes a la tierra colorada para recorrer y dar una charla en la chacra 145, barrio Itá Verá, una de las dos mil villas argentinas urbanizadas entre 2004 y 2014, mediante el programa “Padre Mugica”.
La obra, claramente política con proyección espiritual y social de los curas villeros, que tiene al padre Pepe como uno de sus exponentes más visibles, se traduce en una bandera del sacerdote: “Los cristianos tienen que sentirse movilizados para ayudar al desprotegido, al más pobre de los pobres”.
Pepe empezó su misión en las villas de Capital Federal y eso lo marcó a inclinarse hacia al trabajo en las villas, la primera fue en Villa 15 de Ciudad Oculta. Pero, su legado surgió de la mano del entonces cardenal primado y arzobispo porteño, Jorge Mario Bergoglio, de quien nacieron los Hogares de Cristo, el dispositivo de la Iglesia católica organizado por los curas villeros para recibir, a los últimos de los últimos: adictos al paco y otras drogas similares. Actualmente el cura sigue en esa actividad, que no es otra cosa que una propuesta de recuperación de las adicciones. A su vez, muy pronto, el 18 de febrero próximo, también retomará la tarea parroquial con su llegada a La Banda, Santiago del Estero, donde tiene previsto impulsar su misión pastoral en los barrios populares.
En un alto de su recorrido, el sacerdote Di Paola, dialogó en exclusiva con PRIMERA EDICIÓN junto a quien analizó la coyuntura económica, financiera y social del país, en una extensa charla donde dejó abiertamente sus definiciones políticas, pero sin dejar de ser fiel a su postura crítica.
¿Cómo se desatan los nudos de la pobreza, del ahogo financiero, de la droga en un país donde cuesta encontrar espacios para saldar la grieta?
Lo primero que hay que entender es que Argentina tuvo una crisis muy grande, producto de la dolarización (convertibilidad) que impulsó el gobierno de Carlos Menem que trajo una especie de ficción y falsa estabilidad en Argentina, que es lo que ahora quiere restablecer La Libertad Avanza, y que en su momento llevó al colapso del 2001 al país. Yo fui párroco durante esa crisis en un barrio popular, como la Villa 31 y vi a la gente que quedó a la deriva total porque el Estado no estaba presente. Después del 2003 y más tarde, gracias a los programas sociales, uno de ellos las AUH y programas como el Potenciar Trabajo, sirvieron para generar una economía popular.
Es importante que se sepa esto, porque hay personas que creen que es asistencialismo del Estado que fabrica gente que no quiere trabajar. Sin embargo, son programas del Estado que permiten que, aquellos que no tienen nada, cuenten con la posibilidad de poder vivir y atravesar momentos complejos.
Nuestra mirada al igual que la de la mayoría de los dirigentes, supone que los programas sociales son un paso previo a lo que tiene que convertirse en una inserción laboral genuina. Lo hemos visto con los chicos que están en recuperación de la droga, quienes mediante estos aportes sociales se constituyeron en cooperativas de trabajo para llevar adelante y sostener diferentes emprendimientos para estar, hoy día, con sus ingresos y sus familias restituidas.
El trabajo no se perdió por culpa de los planes, sino que empezaron en el 76 con las medidas de Martínez de Oz, se profundizaron con las privatizaciones de Menem, que terminaron chocando en barco en 2001, lo cual generó condiciones socio económicas de las cuales todavía no se pudo volver.
Pepe, hay un dicho que dice Dios y la Virgen salvan Argentina. ¿Qué definiciones a semanas de definir un balotaje con un candidato, el más votado en las PASO, que planteó, por ejemplo romper con el Vaticano?
La gente en las PASO votó con bronca. Había mucha gente enojada y tenía razón: la inflación, la pobreza y otras situaciones que se vienen arrastrando. Pero, a mi entender no es culpa solo de este gobierno que, recordemos, atravesó una pandemia, una guerra y una sequía. Esto viene del gobierno del señor Mauricio Macri, que aparece ahora como socio de Javier Milei, que estuvo cuatro años en el Gobierno y no hay que olvidarse porque fue él quien nos ligó al FMI.
Hay que darse cuenta que la propuesta de Milei está en decir que la justicia social es basura y un robo y que el Papa Francisco es el imbécil que está en Roma. Pero la justicia social que piensa en la felicidad de un pueblo, no es un robo. La libertad de pensar en la felicidad solo de unos pocos y no de todos, no es la felicidad cristiana. Con Milei están en peligro los valores cristianos y humanos más importantes de una sociedad positiva que trata de buscar el bien común, que es la propia historia de los argentinos, con presidentes de distintos palos políticos, pero que siempre pensaron en el otro. Milei nos quiere imponer el sálvese quien pueda que es contrario al proyecto del evangelio de Jesús.
¿Qué mea culpa debería hacer Alberto Fernández?
Primero debe reconocer que falló en lo comunicacional. Nunca explicó con claridad cómo recibió el país que dejó Mauricio Macri. Otra cosa fue la grieta interna, porque los grupos de adentro que tenían afinidad en algunas cosas, no estaban de acuerdo y eso se fue quebrando. Tiene que haber una buena autocrítica que creo que (Sergio) Massa la está haciendo y una propuesta hacia un gobierno de unidad nacional que convoque a todas las personas que están a la altura, porque no todos lo están, algunos siguen los cálculos mezquinos. Yo le digo a los señores de otros partidos políticos y a la Iglesia que si hay un llamado para afrontar esta situación en la que está en peligro la patria, tendrían que tener la grandeza…
Ud. le cuestiona a partidos como la UCR y la Izquierda que no toman posición para ninguno de los candidatos presidenciales?
Hay grupos que son egoístas y que incluso nos han mentido. El equipo de los curas de las villas recibimos a todos los candidatos, y algunos tenían un pensamiento que cambiaron por otro sin ruborizarse y otros directamente tienen la actitud de mezquindad de no dejar los personalismos. Los personajes se comen a las personas y no tratan de buscar el bien común, que claramente no es la línea desopilante de venta de órganos, portación de armas, voucher para las escuelas, lo que no se dio nunca en la Argentina. Los que apoyan esto, serán para la historia insensatos.
¿Cuál es su preocupación y su esperanza para Argentina?
Es importante que la gente reflexione: el voto de las PASO fue de bronca y a muchos se les fue explicando lo que está en juego, y se revirtió esa bronca en las generales. Un candidato dijo que iba a terminar con la casta y llamó al jefe de la casta para que lo acompañe y el otro a la unidad nacional. No es tan complicado, es importante la docencia que se haga para que se sepa que la patria está en peligro.
Los curas de las villas jamás hablamos o dijimos nada sobre un dirigente o candidato, por eso puede llamar la atención la actitud que estamos teniendo, pero consideramos que dadas las circunstancias el pueblo argentino y mucho más los pobres están en peligro por las políticas sustentadas por el delirio absoluto de La Libertad Avanza.