Por tratarse de un año electoral o por las dificultades para lograr quórum, el presente año se encamina a ser uno de los peores en cuanto a nivel de actividad en la Cámara de Diputados.
Justo en uno de los peores años de la larga crisis que arrastra el país, los desencuentros políticos, los desacuerdos internos y las vanidades dirigenciales impidieron que el Congreso, una de las herramientas más contundentes para el desarrollo de un Estado, se mantuvo con escasa actividad.
Por estas horas las autoridades del oficialismo y la Cámara de Diputados trabajan para garantizar la realización de una nueva sesión para este miércoles 8 de noviembre. De lograrse, sería la décima en lo que va del año, lo que da cuenta de la pobre actividad.
Con una crisis en desarrollo, una elección presidencial en proceso y una legislativa resuelta, es de esperar que diputados y senadores moderen sus visceralidades y activen un Congreso del que se espera mucho más.