El repetido y contradictorio título de “tensa calma” grafica el estado de ánimo del sindicalismo frente a las negociaciones salariales, tanto en el hoy como en los definitorios últimos meses del año. Las paritarias continúan a cielo abierto más que nunca, con una tendencia a acuerdos trimestrales, pero con algunas actividades que ya acuerdan en forman mensual. En cualquiera de los casos el mes más incierto es diciembre. Los que se pasaron de esa fecha, se reservaron el poder de revisión cuando lo crean conveniente.
La “tensión” gremial está generada por varios frentes. La principal sigue siendo el proceso inflacionario. A esta altura del partido, sostienen que se trata de un efecto más político que económico; y que está directamente ligado al otro foco de atención: las elecciones, que ameritan otro análisis.
Como nunca, las tres centrales obreras (CGT y las CTA de los Trabajadores y la Autónoma) militan y apuestan al triunfo del candidato a presidente por Unión por la Patria, Sergio Massa. Subrayan que “del otro lado” se juntaron el candidato a presidente por La Libertad Avanza (LLA), Javier Milei en tándem con Mauricio Macri y Patricia Bullrich, a quienes ven no solo con la intención de aplicar una reforma laboral, sino de “arrasar” con el sindicalismo.
Uno de los cotitulares de la Confederación General del Trabajo (CGT), Pablo Moyano, asegura que el triunvirato opositor “pretende volver a la Argentina del pre peronismo” y subraya que “ya lo hicieron en la época del gobierno de Macri, de meter preso a dirigentes, perseguirnos e intervenir gremios”.
La política y la economía, entonces, vuelven a meterse de lleno en los bolsillos de la clase trabajadora, cuya dirigencia “calma” se ve reflejada a la hora de discutir salarios, donde se acelera y se pone el freno de mano para no generar conflictos que compliquen aún más la difícil campaña que lleva adelante Massa, en su doble rol de ministro de Economía y candidato oficialista.
Los grandes gremios como Comercio, Metalúrgicos y Construcción pactaron aumentos hasta diciembre, mientras Camioneros cerró un incremento semestral del 61% con renovación en febrero, aunque ya reclamó un bono de fin de año de unos 200.000 pesos. Esa será otra demanda laboral: un plus que compense la ya histórica pérdida del poder adquisitivo de los ingresos, por el doble efecto de la pésima administración macrista y la pandemia en la saliente gestión de Alberto Fernández.
Varias organizaciones “disfrazan” el bono como “productividad” o por el día del trabajador de la actividad y en muchos casos está institucionalizado, como el de los bancarios, que además se actualiza por la suba salarial. Justamente, el gremio que encabeza Sergio Palazzo, cambió su modalidad de negociación, que ahora es mes a mes, bajo la figura de “actualización”, acompañando el ritmo inflacionario.
Esperan el dato de inflación
Los mencionados sindicatos (y muchos de los llamados “medianos” y “chicos”) establecieron con las patronales volver a reunirse después del 15 de diciembre; es decir, tras el relevamiento que hace el INDEC donde dará a conocer la inflación de noviembre. Allí tendrán un escenario más claro de la suba del costo de vida.
Sin embargo, el dato más importante para la dirigencia se dará el 19 de noviembre a la noche, cuando se sepa quién será el nuevo presidente de la Argentina. Aseguran que el modelo de Massa es profundizar las medidas que aplicó en las últimas semanas, como la eliminación del impuesto a las Ganancias, la reducción del IVA o incorporar al sistema laboral a los trabajadores de las aplicaciones.
Con Milei presagian un futuro conflicto. Por lo bajo, aclaran que no es por el propio libertario, sino “por Macri, Bullrich y demás personajes que lo acompañan y que aborrecen al sindicalismo, salvo a los que se someten”, indicó un vocero cegetista.
Agregó que “un triunfo de Massa hace más previsible todo; inclusive con la inflación actual y ciertos datos económicos que son complejos” y apuntó que “garantiza las paritarias abiertas porque cree que mejores salarios potencian el mercado interno”.
Gremios estatales
El reelecto gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, recibirá en los próximos días a los representantes de los gremios de docentes, judiciales, profesionales de la salud y de la administración pública, con el propósito de actualizar la pauta salarial. Hasta el momento, se evitó la conflictividad y no son tiempos que se disparen medidas de fuerza en el medio de una campaña electoral donde el territorio bonaerense es un bastión esencial para el oficialismo.
Salvo algunas amenazas de los judiciales y los profesionales de la salud, las tratativas se han canalizado a través del diálogo, y en esto tiene mucho que ver la gestión del ministro de Trabajo de la provincia, Walter Correa, quien mantiene un canal de diálogo abierto con las diferentes representaciones sindicales.
En el aspecto nacional, tanto la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN) como la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) están alineados con la candidatura de Massa, quien también puso una mirada en las correcciones salariales que pretende el sector.
Consejo del Salario Mínimo
Decimos que será un diciembre caliente, donde el nuevo gobierno no tendrá descanso porque la puja distributiva estará a la orden del día. Mientras se desarrollen las paritarias, el Ejecutivo deberá convocar al Consejo Nacional del Empleo, la Productividad y el Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM). El acuerdo vigente establece que en octubre es de 132.000 pesos “para todos los trabajadores mensualizados que cumplen la jornada legal completa de trabajo”, según se establece en el artículo 116 del Régimen de Contrato de Trabajo aprobado por la Ley N°20.744, mientras que los trabajadores jornalizados percibirán 660 pesos por hora.
En noviembre se eleva a 146.000 pesos para todos los trabajadores mensualizados y a 730 pesos por hora para los jornalizados; mientras que en diciembre será de 156.000 pesos para los mensualizados y 780 pesos por hora para los jornalizados.
En el acuerdo quedó confirmado que la “Prestación por Desempleo” para los trabajadores en convenio colectivo o no, será equivalente a un 75% del importe neto de la mejor remuneración mensual, normal y habitual del trabajador en los 6 meses anteriores al cese del contrato de trabajo que dio lugar a la situación de desempleo.