Reiterativo como las campañas mismas, el título de esta columna alude a la necesidad de aferrarse a algo para pensar en un futuro mejor al presente que intentamos dejar atrás a partir de lo que ocurra hoy en las urnas.
Esta noche los argentinos seguramente no tendremos claro el rumbo del país en los próximos meses, pero al menos sabremos quién será el presidente encargado de conducirlo. Y si bien parece algo simple, es importante en un contexto democrático inédito en el que poco y nada sabemos del mandatario actual, que en diciembre dejará el sillón para cedérselo a Sergio Massa o Javier Milei.
Lo que sí tenemos claro quienes esperamos mejores tiempos y oportunidades es que, gane quien gane, las cosas serán distintas porque ambos lados de la oferta electoral expresan algo diverso e incluso parecen posicionarse en las antípodas.
Una nueva oportunidad parece algo simple, pero en una sociedad que solo sabe de hacer sacrificios, una oportunidad lo representa todo.