La mejor fórmula de la belleza es sentirse a gusto con uno mismo. Y es tan cierto como eso, solo que llegar a ese punto, cuando nos desprendemos de los modelos de belleza impuestos, lleva un tiempo y un camino. Estar a gusto con nosotros mismos es aprender a valorar todo lo que somos por dentro y por fuera, es algo que a veces nos falta, pero se aprende.
Estar a gusto con uno mismo es darnos cuenta que no somos todos iguales, sino que cada uno tiene algo que lo hace único y particular, por tanto, pretender encajar en un único modelo, es limitar toda nuestra magia y nuestro potencial.
Es natural que de adolescentes queramos ser como tal o cual modelo famoso del momento, vestirnos como indica la moda, pero a medida que vamos ganando experiencia, que vamos aprendiendo, vemos que no hay nada más atractivo que una actitud segura, una sonrisa franca, una risa contagiosa o un abrazo sincero.
Aprendemos que no importa cuál sea nuestra nariz, o nuestro pelo, si lacio o enrulado, o de qué color, lo que importa es la forma en que lo llevamos, lo cómodos que nos sentimos cuando interactuamos.
Nos despreocupamos por agradar, solo somos nosotros mismos, y entendemos que a algunas personas les gustaremos y a otros no, y está bien.
Aprendemos a mirarnos al espejo y ver un poco más allá de lo que no nos gusta de nuestro cuerpo, y empezamos a ver las muchas cosas lindas que ya tenemos y las estamos pasando por alto.
Estar a gusto con nosotros mismos es vernos en un todo, lo lindo y lo no tanto, y aceptarnos como somos, pero trabajar en aquello que podemos y queremos mejorar.
Es aprender a cuidarnos en todo momento eligiendo las personas con la cuales compartiremos, y todo aquello que nos potencie y nos haga sentir más felices.
Es cuidar todo cuanto ingresa a nuestra mente (pensamientos, libros, películas, música) y nuestra alimentación, porque todo forma parte de nuestra belleza.
Estar bien con uno mismo es valorar cada pequeño logro cotidiano, y celebrarlo, es ver las muchas veces que caídos nos levantamos y abrazarnos.
Estar a gusto con nosotros mismos es recordar que la belleza es ser uno mismo, original y único y que la fórmula de la belleza es dejar salir toda la luz que llevamos dentro.
Por Natalia Moyano– Contadora con corazón de escritora- [email protected]