Javier Milei podría tener importantes dificultades para que avance la agenda legislativa de su futuro gobierno: su fuerza, La Libertad Avanza (LLA), que actualmente tiene solo tres diputados nacionales (él mismo; su compañera de fórmula, Victoria Villarruel, y Carolina Píparo), pasará a tener 38 de las 257 bancas en la Cámara baja (menos del 15%) y en el Senado, 7 de las 72 (menos del 10%).
No hay registro en la historia de un gobierno que haya asumido con tan exigua cantidad de legisladores nacionales.
En la futura Cámara de Diputados la primera minoría seguirá siendo el peronismo: el Frente de Todos (FdT) ya es la primera minoría, con 118 diputados, y ahora pasará a tener 105 diputados pero igual seguirá siendo la más numerosa.
Juntos por el Cambio (JxC), que tenía 116, pasará a tener 94 y LLA, que ahora tiene 3 diputados, pasará a tener 38. Bloques federales tendrán 15 bancas y la izquierda, 5.
En el Senado Unión por la Patria (UxP) también va a ser la primera minoría, con 33 miembros, esto es, a cuatro del quórum. Suma dos respecto de las que tiene actualmente.
En cambio, JxC bajó su performance respecto a las primarias y quedará con un interbloque de 24 senadores -hoy día tiene 33-.
La Libertad Avanza, a su vez, pasará de 0 a un bloque de 7 senadores. El resto son 8 senadores de distintos espacios provinciales.
¿Qué margen de maniobra tiene Milei?
Como todo presidente recién asumido en diciembre, lo primero que podría intentar Milei es que le aprueben un paquete de leyes habiendo ya negociado y concretado algún tipo de acuerdo con la oposición. Sería la típica ley ómnibus inicial de todo gobierno.
Pero esto le va a costar mucho porque quienes porotean posibles apoyos señalan que, como máximo, podría llegar a 75 diputados.
Es decir, con suerte, duplicar las bancas propias de LLA en acuerdo con diputados que respondan a Mauricio Macri y, quizás, algunos que respondan a la liga de los gobernadores de JxC, sin descartar a alguno que otro de Juan Schiaretti.
El diputado José Luis Espert, líder de Avanza Libertad y antiguo socio de Milei, anticipó este lunes que lo apoyará. Pero por ahora los respaldos están por verse.
Entre 2016 y 2017 Emilio Monzó, el presidente de la Cámara de Diputados durante el gobierno de la Administración Cambiemos, se las vio en figurillas para conseguir voluntades necesarias.
En aquellos años el interbloque Cambiemos tenía 86 bancas propias, es decir 48 bancas más que las que tendrá La Libertad Avanza.
Un ejemplo de lo difícil que fue negociar acuerdos para que los planes de Macri avanzaran en el Congreso fue la sanción de la Cámara baja, a duras penas, de la reforma previsional de fines de diciembre, con violencia en las calles, el Gordo Mortero y la represión policial.
En el Senado Milei podría apelar a la posible buena voluntad de la liga de 10 gobernadores cambiemistas pero aún así es muy complicado: tendría que juntar al menos 30 senadores. Juntar el apoyo de 30 senadores es una odisea.
¿Qué alternativas le quedan al León?
Ante ese mapa tan pobre de bancas en ambas cámaras del Congreso, en la oposición cavilan que Milei podría aprovechar su legitimidad para proponer algún tipo de instrumento del tipo consulta popular, como una forma de apretar al Congreso para que pueda avanzar su agenda legislativa.
También puede recurrir a los DNU (decretos de necesidad y urgencia), porque estos quedan vigentes a menos que sean rechazados por el Congreso, cosa que hasta ahora no ha ocurrido jamás en los casi 40 años de democracia.
Pero esta vez sí podría ocurrir porque aunque el camino legislativo es largo, no tendría representantes suficientes en la Comisión Bicameral de Trámite Legislativo, que es la encargada de analizar esos decretos, y esos posibles dictámenes negativos podrían ser convalidados por ambas cámaras, como manda la ley. Con lo cual, el Congreso le podría “bochar” los DNU a Milei como no lo hizo con ningún otro presidente antes.
Como prácticas de buen gobierno, la oposición a un gobierno de LLA podría aprobarles, por ejemplo, la nueva Ley de Ministerios, para que su gobierno quede tal cual él lo diseñó, con ese nuevo Ministerio de Capital Humano, inédito en cualquier estructura ministerial hasta ahora.
También podría recibir luz verde el Presupuesto 2024, cuya discusión, a pedido suyo -concedido por el ministro de Economía, Sergio Massa-, se postergó para después de los comicios.
El avance del resto de las leyes que necesitará Milei para gobernar es toda una incógnita. Mejor dicho, el gobierno de Milei, a juzgar por este escenario parlamentario, es toda una incógnita.
¿Por qué importa tener mayorías?
Todo gobierno necesita del Congreso para funcionar, no solamente porque la República funciona así, según el diseño institucional de la Argentina, sino porque en los hechos muchas de las decisiones de una gestión deben ser validadas por los integrantes de las cámaras de Diputados y de Senadores.
Por ejemplo, aprobar el nombramiento de los jueces que elige el Presidente (competencia exclusiva del Senado), cambiar el sistema electoral, crear impuestos, modificar el Código Penal y muchas otras cosas.
Los presidentes de la Nación pueden dictar Decretos de Necesidad y Urgencia para disponer determinadas medidas, sí, pero no todas.
Tampoco puede gobernar mediante este solo recurso.
Además, el Congreso tiene como misión analizar la legalidad de tales decretos e inclusive puede llegar a rechazarlos si junta las mayorías para hacerlo y, actualmente, el oficialismo no tiene la suficiente fuerza numérica para sostener un decreto firmado por Milei.
También puede echar a un presidente por mal desempeño, a través del mecanismo de juicio político que establece la Constitución.