Al juicio a Rita Cervantes Martínez le resta una jornada de testigos e incorporación de pruebas. Ayer se registró la quinta audiencia y el debate giró sobre la salud mental de la joven imputada por el abandono e intento de muerte de su hija recién nacida en septiembre de 2020 en Villa Cabello.
Dos peritos de parte y dos integrantes del Poder Judicial relataron sus conclusiones sobre los rasgos que detectaron en la joven que tenía 27 años cuando se registró el hecho.
Florencia Dinnin Roldán Delpiano, psicóloga de la Secretaría de Apoyo para las Investigaciones Complejas (SAIC) y Cintia Roxana Diplotti, médica psiquiatra del Cuerpo Médico Forense (CMF), ambos organismos dependientes del Superior Tribunal de Justicia, desplegaron sus análisis y descripciones de las entrevistas realizadas con la acusada y los elementos volcados al expediente.
Roldán Delpiano destacó que Rita Cervantes atravesó durante el embarazo y posterior al parto, “vulnerabilidad, angustia y culpa”. Sobre la pericia a su personalidad no registró características que coincidan con una mujer con una “estructura psicótica”. “No se podría afirmar que sufrió psicosis”, pero resaltó que en ella se constató “crisis por el embarazo, lo que le provocó como mecanismo defensivo la negación y disociación: “Estado de mucha angustia por la situación (embarazo y parto, puerperio) y su historia de vida que se destaca en relación al abuso. Esto tiene incidencia en el desarrollo de la personalidad y con el hecho puntual”.
La psicóloga agregó que “con una contención adecuada y preventiva se habría evitado lo sucedido”. Además manifestó que en la joven hallaron rasgos o características de desear “vincularse con los hijos, con ambos, varón y niña”. “El relato de su experiencia es válido, no tiene indicios de mitomanía o de que puntualmente mintiera (…) Tampoco rasgos de fabulación”.
Carolina Inés Barrios fue la psicóloga de parte durante la instrucción del expediente. Ofreció su observación sobre las diferencias en cuanto al proceso de psicosis (por el que se inclina en esta causa) y el de neurosis descripto por las peritos del STJ.
“En Rita hallamos subtipos de una estructura psicótica en la mentalidad que se relacionan a su realidad”, y que esto estaría relacionado con las ausencias materna y los abusos sexuales cuyo victimario fue su padre, hoy fallecido.
“En su relato se evidencia el estado de shock y conmoción cuando se entera que estaba embarazada por segunda vez y que se trataba de una niña. Fue lo más disruptivo que indicamos, le provoca angustia, sentimiento de culpa, culpa de mala madre”. Fue aún más clara: “Rita no podía elaborar la idea de estar embarazada, no lo podía simbolizar” y sumó como descripción: “No tenía panza de embarazo, sentía soledad no acompañamiento. No pudo introyectar (incorporar actitudes, ideas, creencias) la idea del embarazo de una niña y tampoco pudo transmitirlo”.
Sobre la veracidad o capacidad de contar lo sufrido durante las entrevistas, Barrios expresó: “Ella no mostró ningún indicio de intentar convencer con su relato, al contrario, se sentía una mala madre”.
“Laguna”
Cintia Roxana Diplotti, médica psiquiatra del Cuerpo Médico Forense, fue la última testigo de la jornada y coincidió en que “el proceso del relato (de Rita) fue muy coherente y creíble”. Pero remarcó que existe un punto en lo que atravesó la imputada que sería clave después de parir y salir del hospital el 7 de septiembre: “Hasta que sube a un colectivo y escucha llorar a su bebé ya no recuerda hasta que la asisten unos vecinos”. “En este caso ese fue el lapso de amnesia muy marcado”.
Esta laguna sin embargo, no la relacionó con un trauma psicótico: “Se produjo la amnesia pero no es un indicador de psicosis, es una reacción emocional”. Agregó que el lapso de pérdida de memoria “fue muy corto como para una patología grave y no permite concluir desde lo técnico”.
La audiencia se inició con el testimonio de la psiquiatra presentada como perito de parte en la causa. María Silvina Pedrozo describió el estado de Rita hace poco más de tres años: “Ella comparaba, se confundía entre el primer y segundo embarazo, se culpaba por no darse cuenta”. Esto lo relacionó con el mecanismo de “negación-disociación-psicosis” que en la primera y segunda jornada del juicio, desplegaron profesionales de la salud de distintas ramas pero todas vinculadas al puerperio. “Es un mecanismo peligroso para la psiquis, es inconsciente y Rita no se daba cuenta lo que hacía, hasta confunde el sexo y le pone el nombre de su primer hijo a la beba (…) Ella estaba en el primer parto todavía, en estado de confusión y se manejaba de manera inadecuada, frustrada y angustiada (…) Percibía que tener una niña es mucho más riesgoso que un varón”.
“No recordar es un mecanismo de defensa en estos casos”, recalcó y agregó una detalle más: “El estado de psicosis produce angustia posterior”, y en Rita, durante los testimonios en el debate, todos los médicos y psicólogos lo remarcaron.
La sexta jornada, hoy desde las 8, comprenderá al cierre de la etapa de producción de prueba con los seis testigos que restan de la lista de 33 citados. Se esperan las voces de dos enfermeras del Hospital Neonatal del Parque de la Salud Ramón Madariaga, también una amiga de la imputada.
También se espera que Rita pueda relatarle al Tribunal su historia y su responsabilidad en lo sucedido y que la tiene privada de la libertad desde hace tres años y tres meses.