Aparecen frases como: “debo o tengo que hacer”, qué nos están mostrando que no estamos en coherencia con lo que sentimos.
Vivir en incoherencia emocional es resultado muchas veces de negar lo que sentimos. Y eso nos trae muchos problemas, ya que cuando algo nos enoja o nos duele, aunque lo neguemos, repercute en nuestro cuerpo.
La coherencia emocional es que nuestra forma de actuar responde a lo que realmente sentimos y pensamos. Pareciera simple pero no lo es, si no, observemos cuántos momentos en el día fingimos, callamos, postergamos lo que realmente sentimos.
A veces inventamos historias para justificar lo que hacemos o estamos complaciendo a los demás en lugar de hacer lo que deseamos.
Todo lo que no podemos expresar, se manifiesta en nuestra vida en forma de conflicto.
Hoy podemos pensar en nuestra vida. ¿Te sucede esto?¿Vivís en coherencia entre lo que sentís- pensás y hacés?
Si aparece un no, es un buen momento para que observemos nuestra vida.
¿Por qué no podés decir tu verdad? ¿Hay miedo al abandono? ¿A que te dejen de querer? Hoy podemos cuestionar cuántas creencias tenemos que hemos aprendido de nuestra familia y ya no nos sirven.
Decir o hacer cosas que no sentimos puede conducirnos a un laberinto difícil de salir.
Una salida puede ser hacernos conscientes de nuestras emociones y saber que la solución vendrá de nuestro interior. Los otros no van a cambiar.
Animarnos a sentir lo que nos enoja duele o nos da miedo, hace que podamos ver nuestra incomodidad ante situaciones que ya no van más y dejar de estar pendientes de lo que necesitan los demás para ver lo que realmente es necesario para nosotros.
Amarnos es una prioridad, aunque a veces los otros esperen otra cosa de nosotros.
La coherencia emocional es necesaria para vivir una vida en armonía con nuestro ser.
Bendiciones.
Colabora: Prof. Paula Vogel
Gimnasia para el Alma.
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