El titular de la Unidad Fiscal Especializada en la Investigación de Ciberdelitos (UFEIC) de San Isidro, que aborda la temática en la Argentina y Latinoamérica, aseguró que uno de cada cinco delitos son fraudes o hackeos cibernéticos, a la vez que alertó que dentro de diez años este tipo de hechos constituirán el 80 por ciento del total de los crímenes.
Lo remarcó el fiscal Alejandro Musso, quien basó sus dichos en una estadística publicada por el Bureau Federal de Investigaciones (FBI) de los Estados Unidos.
La fiscalía liderada por Musso se creó el 27 de diciembre del 2022 con el fin de investigar los ciberdelitos. “Los que más vemos son aquellos en los que un hacker suplanta la identidad de un usuario, especialmente a partir de las redes sociales. También observamos muchas estafas digitales mediante la clonación de páginas webs o links apócrifos, en los que el atacante se hace pasar por una determinada entidad para conseguir contraseñas”.
Musso se refirió a las particularidades sobre un ciberdelito ya que conlleva procedimientos muy diferentes a los empleados en los delitos más tradicionales:
“En los ciberdelitos, el atacante siempre está oculto dentro del anonimato: tenés la particularidad de tener una víctima y un resultado, pero no tenés al imputado. Esto es muy diferente a un delito tradicional, donde muchas veces tenés identificado al imputado y tenés que ir a buscarlo. En la información recolectada en los crímenes cibernéticos no te va a aparecer la fotito del delincuente”.
Indicó que el acceso a las pruebas es mediante la intervención de empresas privadas, por lo que insistió en la necesidad de crear una fuerte interacción público-privada a lo largo de las investigaciones. “Si no tenés un canal fluido de información con bancos, plataformas de e-commerce, telefónicas o redes sociales, no llegás a ningún lado”.
Otra particularidad que notó tiene que ver con que la prueba en los ciberdelitos es en un gran porcentaje digital, ya que “no se necesitan declaraciones testimoniales, ni rastros de sangre”, aunque remarcó que dicha tendencia también comenzó a reflejarse en los delitos tradicionales a raíz del avance tecnológico.
“El mundo cambia debido a que las herramientas y mecanismos de investigación del ciberdelito sirven para investigar delitos tradicionales”. Contó que colaboró en el esclarecimiento del doble crimen de Vicente López, en el cual fue clave la utilización de la prueba digital para hallar al acusado del crimen, Martín del Río, hijo de las dos víctimas.
Además, aseguró que “la pandemia y el 2020 fueron momentos de quiebre para el cibercrimen”. Se incrementó exponencialmente a raíz del aislamiento social y la digitalización de gran parte de la vida cotidiana, por lo que instó a la creación de más fiscalías especializadas dentro del sistema judicial.
“Según el FBI, hoy uno de cada cinco delitos son ciberdelitos. Dentro de cinco años, la ecuación va a ser tres. Y dentro de diez años, posiblemente cuatro de cinco tendrán un origen cibernético”, resaltó citando al “Internet Crime Report”, elaborado por la agencia de seguridad estadounidense a raíz de los ciberataques registrados en el 2022.
El especialista en ciberseguridad Sergio Oroña afirmó que Argentina reportó 2.100 ataques por semana durante el 2023, situación que las empresas y usuarios no terminan de denunciar por “falta de cultura en la prevención”.
“Con ChatGPT podés armar un ransomware -uno de los ataques más comunes- en cuestión de minutos sin ser programador. En la mayoría de los casos, los delincuentes buscan tomar control del backup de las empresas, para cifrarlo y luego pedir un rescate. Es un negocio muy grande”, describió.
El experto en ciberseguridad resumió: “Es una guerra sin balas. Si vos no estás permanentemente actualizado es muy difícil, todos los días mutan los ataques. La ciberdefensa es algo de todos los días”.