Tengo un amigo que es músico, trompetista concretamente, y hace un tiempo me contó una anécdota muy curiosa que le ocurrió en Madrid.
Él tocaba en una banda de calle, y por lo visto los contrataron para tocar unos días en un evento de un bingo.
Iban por la calle, con azafatas repartiendo flyers.
Incluso me enseñó unos videos en los que estaban bailando en la plaza de toros de las Ventas. Fuera, no dentro, claro.
El caso es que uno de esos días, al marcharse después de tocar, él notó que alguien le estaba llamando.
Giró la vista y vio que era un señor muy mayor.
Caminaba muy despacio, algo torpe. Le dijo que tenía 80 y pico de años, y que si le haría el favor de dejarle tocar su trompeta. Por lo visto, llevaba muchísimos años sin hacerlo.
Mi amigo se la dio, y me dijo que de su arrugada boca comenzaron a salir unos sonidos.
Le costaba un poco reconocer la melodía porque ese señor tenía algo de Parkinson.
Y le temblaba toda la trompeta al tocar. Poco a poco, fue detectando que tocaba algo así como un pasodoble. O una marcha militar. Cuando dejó de tocar, un poco agotado, le dio las gracias con una cara de felicidad que, según mi amigo, muy pocas veces había visto en alguien.
Quizás fuese la última vez que tocó trompeta en su vida. No lo sé.
Pero mi amigo estaba feliz porque pudo ayudarle a transportarse de nuevo.
Así que se llevó una gran lección ese día.
Te cuento esto porque, a veces, recibo emails de algunas personas que no son (ni de lejos) mayores, preguntando si ellos pueden ser capaces de aprender a memorizar, de tal manera que también puedan tener opciones en una oposición.
El tema de la edad es muy escabroso para los estudiantes.
La respuesta es que sí que se puede.
No hay un límite en cuanto a la edad, porque el sistema que enseñamos no depende de ella, ni de la inteligencia o el coeficiente que tengas.
Cualquier persona con una capacidad mental normal puede hacerlo.
He visto a alumnos que se consideraban muy “mayores para esto” obtener resultados que jamás hubieran conseguido por su cuenta.
Por el mero hecho de que no confiaban en que fuese posible.
Se autolimitaban ellos mismos.
Así que creo que el problema es, mas bien, no tener la determinación para hacerlo.
* José María Bea
(Escuela de la Memoria)