En el vórtice de la espera que antecede al encuentro, es donde se encuentran las almas, aquellas que se reconocen entre sí, aquellas que han viajado durante millones de años luz, como polvo de estrellas, como rayos de luminosidad sideral de astros, soles y lunas, energías que descienden a casa madre-tierra, adoptando formas humanas, para continuar recorriendo el camino trascendental a través de las experiencias vivenciales.
Espíritu (energía) – mente – cuerpo y alma, sentimientos, emociones, ideas que surgen de los pensamientos en orden que se aglomeran e integran entre los seres que caminan descubriéndose y re-encontrándose en un proceso de evolución, transformación y expansión del ser consciente.
Ahí estuvimos, aquí nos reencontramos, en el aquí y ahora de donde surge la grandeza del espíritu luminoso cruzando los umbrales de la oscuridad misma. Esa grandeza que emerge del corazón de los seres de consciencia, aquella que se forma a partir del despertar con todas las experiencias difíciles, duras, tremendas, que nos han tocado enfrentar como seres humanos, para darnos cuenta que aquel ser que no pierde su luz en estos procesos, la engrandece más.
Acceder a otros espacios de la mente, que han permanecido ahí, en la quietud, aguardando la información que ha de llevarnos a otros planos más altos, donde mente-cuerpo-espíritu y alma, se integran para seguir ascendiendo hasta la plenitud del ser consciente.
Todo es experiencia e información, toda situación es una oportunidad para adquirir aprendizajes, lecciones, conocimientos; que se transformarán en sabiduría. Nos llevará a concretar los proyectos de creatividad y constructividad, en las ciencias, las artes, la filosofía, la espiritualidad, como artífices de nuestras realidades que construimos día a día, momento a momento, instantes profundos y eternos, donde la eternidad inmutable es la constante de la existencia, del principio sin fin, porque siempre ha existido y seguirá.
Muchas veces no alcanzamos a comprender en el momento, la magnitud de la experiencia que tenemos enfrente, ahí es cuando se cultiva el espíritu, la mente y el alma, a través de la fuerza, certeza y claridad del corazón.
Karina Holoveski
Mujer Medicina-Chamana.
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