Todo lo que está a nuestro alrededor tiene un significado para nosotros, por eso en el Curso de Milagros uno de los primeros ejercicios es el de quitarle el significado a todo como una forma de recomenzar. En este caso hablamos con una persona de alta vibración y conexión especial, Ana Sofía Rabrechuk de Ensueños, quien va a las casas a armar tu arbolito si así lo deseas. Ella nos compartió las siguientes respuestas que nos dan los adornos y especialmente el árbol.

El árbol, el pino, representa la conexión de la Tierra con lo Divino. Las patitas del árbol son las raíces que se anclan a la Madre Tierra, Gaia. El tronco va desde la raíz hacia arriba, hacia lo alto, donde ubicamos la estrella que representa la Divinidad, lo supremo.
En el medio del árbol están los deseos, allí colgamos muchas veces sin ser conscientes todos los adornos que nos gustan o llaman la atención. Pensamos en que se vea lindo y así, aunque no lo sepamos estamos generando una energía maravillosa de deseos y conexión.
Las esferas son los círculos, los ciclos que se van cerrando, al colgarlos los estamos entregando como gesto de gratitud porque así como cierran círculos te muestran los dones.
Se pueden sumar al árbol campanas que anuncian la finalización de ciclos y también anuncian la llegada de cosas nuevas. “Algunas personas cuelgan llaves que representan los deseos de la bendición para la casa y también esas ramas que representan la familia, nuestros seres queridos le sumamos lazos, moños, y son los lazos de familia, el dar y recibir”, apunta Ana Sofía mientras nos va guiando por este mundo que para muchos puede ser nuevo, puede ser un despertar.
Las luces son el amor que irradia Dios sobre la familia, los angelitos son la Anunciación, las buenas noticias, las estrellas nos recuerdan la fe y el amor.
Cuando Ana inicia el ritual del armado del árbol dice: “Lo primero que hago cuando me piden un árbol consensuado, vemos los adornos, qué desean las familias, qué desean manifestar a través del arbolito.
Es importante el sentir porque cada familia tiene sus deseos, tiene los motivos por agradecer e incluso puede ser para uno mismo”.
Los colores que elegimos también hablan de lo que sentimos y cómo deseamos vibrar. Y para Ana, agradecer es el paso siguiente, “no solamente agradezco por haber elegido ser el puente, y así cada quien arma su arbolito puede ser consciente que es el puente de la familia, ser el canal para transmitir sus emociones volcadas al árbol”.
Y así, desde su percepción, nos cuenta que “la llegada de Jesús a la Tierra es el todo unido. La Estrella, lo Divino que se une a las raíces. Es la alegría de saber que Jesús vino a la Tierra”.
Más ideas para el arbolito
* Podemos colgar una bolsita de arroz, para asegurar la abundancia.
* Una casita, esencial cobijo para tener y agradecer el techo.
* La figura de dos peces, del alimento y el compartir.
* Algunos colocan dinero, pues es nuestra fuente para vivir en esta vida sin preocupaciones.
* Un corazón, para tener siempre cerca a los afectos y olvidar los rencores.
* La estrella como guía en nuestro camino.
* Dos anillos que simbolizan la unión familiar y el compromiso.
* Una llave para cerrarle la puerta al año que se va y abrirla al que comienza.
El espíritu de la Navidad
Esta festividad toma la fecha del 21 de diciembre, día en que la Tierra entra en el solsticio de verano, un concepto astronómico que representa la cosecha, la abundancia y la fertilidad, siempre con el Sol como protagonista y símbolo central.
Esta fecha es la ocasión propicia para que, entre las 10 y unos minutos, pasada la medianoche, el espíritu de Navidad baje a la Tierra y visite a los hombres de buena voluntad que le dan la bienvenida, recibimiento que se retribuye con los dones mencionados: abundancia, paz y amor para los próximos 12 meses.
La energía del espíritu de la Navidad continúa hasta la llegada de los Reyes Magos, de allí que se elige el 8 de enero para desarmar el árbol.
Esta festividad tiene su origen en una antigua tradición celta, la cual celebraba la llegada del solsticio de invierno. Según el relato, el espíritu de la Navidad llegaba con una entidad errante y alegre y predicaba su sabiduría a los extraños. También entregaba regalos y bendiciones a los presentes.
Otra teoría dice que se trata de un tipo de energía que trae a la Tierra todo tipo de riquezas y bendiciones.
El 21 es un día para hacerlo presente en tu vida y es para sentir. Sentir aromas, colores, emociones, música y también sabores.
Lo ideal es realizar un ritual de limpieza del hogar, incluso puede ser antes, sacando todo lo que no se usa y ya no es útil. Luego mimarse con un buen baño con agua y sal marina, poner una música, encender una vela y disfrutar siendo consientes de esa energía que está bajando a la Tierra y así poder recibir sus regalos.
Que sea un día para entender que todo lo que te da paz y te hace feliz únicamente está dentro tuyo.
Muchas personas creen que si no vibran en amor, no sonríen o están enojadas son malas personas. No es así, somos seres humanos que experimentamos todas las emociones y tenemos vivencias fuertes, más en estas fechas. Aceptarnos es parte del proceso, descubrir que está bien enojarse y sentirse tristes o como sea, todo es nuestro y es bueno sentirlo para agradecer ese momento, pues pasará.
Para acomodarse, para que todo vuelva a funcionar lo que para nosotros es entendido como “normal”, pasan ciertas situaciones y luego todo se acomoda.
Puedes hacerte estas preguntas: ¿Quién soy? ¿Qué me da felicidad? ¿Qué me da paz? ¿Con qué me siento pleno?
Un extra: “La magia en mí empieza a suceder cuando descubro que yo soy eso que tanto buscaba”. Todos los seres de luz, los celestiales, ángeles y guías ya están trabajando solo hay que hablarles.
Por
Rosanna Toraglio
Periodista de
Primera Edición