Los ánimos cada día lucen más caldeados en los usuarios de colectivos. Y no solo por el agobiante calor o la crisis económica que parece no tener fin. Es que -al desgaste lógico que suele estar presente a cada fin de año-, ahora se le sumó un factor que golpeó de lleno a los pasajeros del transporte público, ya que repercute en algo tan valioso como invisible para los humanos: el tiempo.
En los últimos días se agudizó la quita de frecuencias en el Sistema Integrado de Transporte, comandado por el Grupo Z en Posadas, Garupá y Candelaria, lo que derivó en una profundización del caos que desde hace meses es viajar en el servicio metropolitano.
Como ocurre siempre, la empresa no informó oficialmente del mayor recorte y ninguna autoridad pidió explicaciones al respecto. Peor aún: no ofreció respuestas.
Sin embargo, ayer, los miles de usuarios que dependen de los colectivos para ir al trabajo, realizar trámites o ,en definitiva, movilizarse, iniciaron la semana teniendo que realizar largas filas en las paradas debido a que muchas líneas tuvieron menos coches en circulación.
Desde las cabeceras las unidades partieron repletas por lo que no detuvieron su marcha en los puntos intermedios, dejando así varados a muchos pasajeros. “Recién llego del centro es todo un tema y de terror, sacaron varios colectivos, los pocos que funcionan andan cuando se les canta, además venimos todos apretados y sin aire, una vergüenza”, fue uno de los testimonios que se compartió en Whatsapp y que resume lo que atravesaron otras personas en la misma situación.
La menor disponibilidad de frecuencias también derivó en mayores quejas por parte de los dirigentes barriales. En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, Cristina Cuevas, vocera de la Unión de Comisiones Vecinales, relató su experiencia en primera persona. “Tuve que realizar unos trámites y, para volver, recién pude subirme en el tercer colectivo de la línea 05 que pasó y que sí paró. Venía muy lleno y después ya no se detenía. Es un desastre”, resumió.
Se pudo saber, de forma extraoficial a través de trascendidos y merced a la voz en off de algunos choferes, que esta reducción en las líneas se debe a la escasez de combustible y a la inminente quita de subsidios, que aún no sucedió. Sin embargo, la “motosierra Z” se viene aplicando desde hace más meses con diferentes excusas.
Mientras el Grupo Z viene pidiendo un nuevo “boletazo”, con una tarifa atada al valor dólar, tal como lo confirmó el presidente de Empresarios Unidos del Transporte Automotor (EUTA) e integrante de la Federación Argentina de Transporte de Automotor de Pasajeros (FATAP), Guillermo Leumann; los usuarios se terminan peleando por poder subir a un colectivo cuando -“milagrosamente”- se detiene en las paradas oficiales.
Hasta ese punto se llegó lamentablemente en el pésimo servicio. De algún modo, en un tiempo menos complejo con el fin de las clases y las vacaciones de algunos trabajadores. Sino, el caos, podría haber sido todavía peor.+
¿Por qué se lo permiten?
El presidente de la Asociación de Consumidores y Usuarios “Defender”, Marcos Contreras, calificó como una práctica “nociva, abusiva y unilateral” el recorte de frecuencias y recordó que la misma no es de ahora, sino que ocurre “hace varios años”. Además cuestionó la falta de intervención de las autoridades de control, que “permiten este tipo de destrato”.
“¿Por qué se lo permiten a las empresas? ”, preguntó acerca del recorte. Luego añadió: “El usuario probablemente está llegando tarde a su trabajo y se enfrenta a un montón de problemas. Ni hablar si tiene una emergencia”, enfatizó.
Contreras pidió que se respete la ley de Defensa al Consumidor y que el Grupo Z “informe de esta reducción para que el usuario tome sus precauciones”.
“El Estado tiene el deber de exigir y no lo hace”, cuestionó Contreras en diálogo con PRIMERA EDICIÓN.